Día de las madres

La celebración del Día de la Madre es – sin duda – uno de los momentos más especiales en el seno de las familias. Históricamente, esta celebración se originó en los Estados Unidos de América, concretamente en el año 1873, cuando un grupo de mujeres procedentes de 18 ciudades se reunieron para conmemorar el hecho de ser madres. En el año 1908 la activista social Anna Jarvis decidió organizar un memorial en honor a su madre y comenzó, a partir de ese momento, una campaña para establecer un día nacional dedicado a todas las madres. Los esfuerzos de Jarvis dieron fruto y fue así como en el año 1914 el gobierno estadounidense proclamó el segundo domingo de mayo como el Día de la Madre en dicho país.
En Costa Rica el Día de la Madre se celebra cada 15 de agosto, así establecido por el gobierno del Presidente Cleto González Víquez mediante Decreto Ejecutivo número 79 del 10 de agosto de 1932, dicho decreto permitió que tanto en las escuelas, colegios, asilos e instituciones benéficas se apartara ese día para compartir con sus mamás de manera oficial. Hasta el día de hoy, las familias costarricenses celebran con amor y respeto este día tan especial. Sin embargo, es importante admitir que hay fechas que no necesitan recordatorio y el Día de la Madre es uno de ellos, puesto que todos los días del año son propicios para honrar a las madres, por su amor, entrega y sacrificio.
El significado de la palabra madre se resume en amor eterno, puro y sincero. Tal como lo dice una hermosa canción católica: “Qué regalo más hermoso que a sus hijos da el Señor; es la Madre y el milagro de su amor”. Ellas, las madres, son quienes se conectan con sus hijos mediante ese afecto y emociones de bienestar que transmiten de manera incondicional con el deseo de ver a sus hijos felices, saludables y realizados. La palabra madre significa ser todo, significa amor, desvelo, lágrimas, alegría, sacrificios, significa cambiar la vida de una mujer, su tiempo y hasta su forma de pensar, ya que ellas entregan todo su corazón y todas sus fuerzas – aun cuando no las tengan – para que sus hijos estén bien.
Para quienes tienen a sus madrecitas con vida, que sigan disfrutando de su compañía y estén siempre a su lado, amándolas y respetándolas. Para quienes las tienen en el cielo, es bueno agradecerle a Dios por ese maravilloso ser humano, la madre, que siempre estará viva en el corazón de sus hijos. Para todas las madres de Costa Rica y del mundo entero, Feliz Día. Gracias por su infinito y sincero amor. Gracias, porque a través de ellas es posible la vida. Que Dios las bendiga siempre.
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