Primer lunes del mes de enero del 2021

Panorama Digital
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Primer lunes del mes de enero del 2021
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Comenzó el año del bicentenario!, pero lejos de esperar fanfarrias, vivas y celebraciones la familia costarricense observa con inquietud un panorama triste y alarmante.  Sobradamente compleja es nuestra actual realidad, y en ella observamos carestía y necesidad en muchos sectores y rincones de nuestro país.  Una carestía que hasta hace poco tiempo nos parecía inimaginable, de no trasladamos en los libros de la historia a los tiempos en que sin ser Nación, fuimos primero la Provincia pobre.

¡Qué nos ha sucedido?, ¿Quiénes y por qué motivos nos convencieron de que ya no podemos soñar?  Si cada vez que lo hicimos tuvimos la sobrada capacidad de hacer realidad nuestras metas y concretar logros que a otros les parecían inimaginables para un puñado de orgullosos campesinos y maiceros!

Despertemos!!! !Somos un pueblo capaz de hacer realidad nuestros sueños!, ya lo hemos hecho en innumerables oportunidades materializándolos en realidades tangibles de las que disfrutamos largo tiempo, pero cuando así ha ocurrido es porque hemos actuado con disciplina y en estricto respeto a los valores, principios y normas de conducta que algunos parece que ya no recuerdan y otros se han esforzado por denigrar o retorcer hasta pervertir inclusive en los conceptos básicos y esenciales que nos formaron como República: democrática!; exitosa!; solidaria y emprendedora!, de fuertes convicciones y sin temor de hacer lo necesario para procurar el bien común.

Hoy, primer lunes de enero del 2021 comienza un año crucial para nuestro país.  Desde este día y a lo largo de los próximos meses, definiremos si Somos Democracia!, o si como muchos otros que por cerrar los ojos a sus problemas, han permitido, sucumbir al yugo de quienes bajo el disfraz de discursos populistas, y de mercancías políticas de humo que se vende mucho, pero que hacen poco cuando no es que nada!.

Como otras sociedades democrática, somos una sociedad de personas con desiguales condiciones que en libertad decidimos ser iguales ante la ley, y convinimos vivir en una sociedad integrada y cohesionada.   E rrores históricos que deben enmendarse pronto, han permitido la ruptura de su esquema básico y esencial de nuestra  formación: hemos dejado de ser un pueblo unido, y permitimos que quienes ejercen poder interesado nos alejen y enfrenten.

En este año decidiremos, en el interior de cada uno de nosotros, la disyuntiva política de cómo retomar el camino costarricense o cómo precipitarnos con rapidez al profundo abismo en cuyo borde nos han colocado a la espera de que una brisa nos derrumbe.  Es hora de pararse en lo seco y no permitir que sigan cargando sobre nuestras espaldas los desaciertos de quienes no saben qué es lo que hay que hacer. 

Si no queremos más impuestos, porque ya no los soportamos; si ya no queremos que continúe tanta chambonada desde el Gobierno; si queremos que se acometan de una buena vez todas las reformas estructurales que combatan efectivamente los disparadores del gasto público: debemos comenzar por cerrar filas contra los créditos que aún pretende el Gobierno para financiar sus inoportunas ideas y malas gestiones, escondiendo agendas y ocultando propósitos. 

Exijamos una transparente negociación con el Fondo Monetario Internacional a partir de aquél ajuste estructural del gasto y continuemos por negarle vía al proyecto de Empleo Público que el Gobierno promueve, porque con él, contrario a lo que falsamente afirman algunos, no se hará otra cosa más que escribir en piedra la ruta legal de los injustificables abusos de los que todos hemos sido hecho víctimas. 

Somos una Nación que apostó por la Educación, por las Garantías Sociales y por los Derechos de los Trabajadores; Somos la excepción inicial que enseñó a vivir sin ejercito; que promovió la paz; que fue capaz de reconvertir  su modelo económico y salir a competir al mundo; somos un pueblo que a fuerza de necesidad entiende la economía y somos una nación que sabe que la producción de riqueza no solo depende de la producción de utilidades, sino también de la equitativa distribución de los beneficios que son fruto del esfuerzo de las personas, porque es a eso y no a otra cosa a lo que le llamamos «bienestar»!.

Es hora de poner freno a esta locura en la que hemos caído. Es tiempo de cuidar nuestra democracia, y usted que escucha, es parte fundamental de ella … tiempo habrá luego para muchas cosas más!

Hoy, lunes 4 de enero del 2021, salgo de mi casa y espero poder comenzar a trabajar de nuevo, y si Dios me lo permite y lo puedo hacer, me sentiré afortunado!

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