Las características de un pueblo exitoso

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Las características de un pueblo exitoso
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Costa Rica tiene todos los recursos naturales para ser un país desarrollado y exitoso, pero nos falta las características mentales. Necesitamos disciplina, pero no a la usanza de cómo lo pretenden los aspirantes a dictadores, sino con disciplina al estilo japonés, con sus tres elementos, orden, limpieza y puntualidad.

El libro de Los 7 Hábitos de las Personas Altamente Efectivas debería formar parte del curricular en todos los centros educativos y ni qué hablar de iniciar a nuestros educandos en la filosofía. Más vale ser una persona de carácter consolidado que ser exitoso, porque el éxito es el producto de un carácter consolidado.

Costa Rica necesita volver a adoptar las reglas de urbanidad, sin perder de vista al método científico, a la ciencia y, en particular a la biología. Necesitamos un pueblo donde se eduque a las personas a pensar de manera lógica, a que sepan cómo razonar, que sea un pueblo cuyos habitantes tengan como centro de vida una serie de principios y que por ningún motivo se aparten de ellos.

Orden, limpieza y puntualidad, tanto en el ámbito espiritual, como en el emocional, físico y social. Necesitamos costarricenses que respeten la individualidad de cada uno, pero que no pierdan de vista el bienestar del prójimo. Necesitamos costarricenses proactivos, pero que no se dejen secuestrar por sus emociones y no se apresuren a tomar decisiones sin pensar las consecuencias, en especial, cuando se trata de elegir a quiénes nos gobernarán.

El pueblo elige a los gobernantes que tiene. Si un pueblo tiene a un buen gobernante, esto es un reflejo de los valores de la ciudadanía. Si un pueblo tiene a un mal gobernante, este es un reflejo también de la ciudadanía. He ahí la importancia de la educación cívica, de sabernos individuos, pero también de buscar el bienestar de nuestro prójimo, sin esperar nada a cambio, pero tampoco regalando las cosas para fomentar el asistencialismo y la vagancia. Esto se llama altruismo y es uno de los valores que como humanidad nos permitió evolucionar para ser la raza de mamíferos que hoy domina el planeta.

Para llegar a ese resultado, cada individuo debe contar, como lo decía el emperador romano Marco Aurelio, con cuatro principios fundamentales: justicia, verdad, autocontrol y valor. Debemos ser un pueblo transparentemente radical, un pueblo que ame la ciencia, acepte los hechos por lo que son, dejando al ego de lado y a las falsas creencias, para que esos hechos nos lleven a la verdad.

Individuos leales y agradecidos, pero no incondicionales, ordenados, limpios, puntuales, transparentemente radicales, amantes de la justicia, verdad, autocontrol, valerosos y conscientes de su individualidad, pero a la vez preocupados por su prójimo, que ayudan a quien lo necesita y no a quien finge necesitarlo, son la base de un país y una sociedad exitosa.

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