Criterio de la eliminación de las pruebas FARO

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Criterio de la eliminación de las pruebas FARO
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Sorpresiva, expectante y grata noticia, hace unos días, nos dio el señor Presidente de la República al anunciar su categórica intención de eliminar las pruebas FARO en este 2022. Claro está, hay que esperar la resolución final del Consejo Superior de Educación, órgano que por mandato constitucional tiene la potestad de tomar tal decisión.

Técnicamente, las pruebas FARO fueron concebidas para estandarizar la educación costarricense: pública y privada. La pretensión fue la de garantizar que la educación cuente con un mínimo de calidad y que sea la misma en ambos sectores.

Eso tiene varias connotaciones. La primera, que no se puede comparar o estandarizar el sector privado y público de la misma manera, ya que representan realidades distintas. En este sentido, resulta poco efectivo aplicar un solo instrumento evaluativo para ambos sectores.

La segunda connotación es que las pruebas FARO siempre fue un instrumento evaluativo tendiente a valorar únicamente el conocimiento con un formato deficiente que deja de lado la parte competencial; siendo que el Modelo Educativo Competencial parte de la necesidad que el educando aprenda (conocimiento) pero que también desarrolle competencias (conjunto de habilidades y destrezas necesarias para una sana y efectiva inserción a la sociedad). 

Desde la óptica de legalidad, la Sala Constitucional, mediante su voto 3550-1992, confirma, a partir del principio constitucional de la libertad de enseñanza, que los centros educativos privados gozamos de autonomía en la definición de sus programas a enseñar, esquemas evaluativos y administrativos.

En este sentido, resulta improcedente el que, año a año, seamos desviados de nuestras propuestas formativas para dedicarnos a la preparación de nuestros estudiantes para que estos realicen estas pruebas estandarizadas. Más aún, hay instituciones educativas con una base idiomática de enseñanza en alemán, en francés o en inglés, que tienen que detener sus programas para dedicar tiempo a preparar a sus estudiantes en español, para que estos realicen sus pruebas tal y cual las presenta el MEP, lo cual me parece improcedente.

Por las razones aquí esgrimidas, considero que la intención del Presidente de eliminar las pruebas FARO, encontrará eco favorable en los centros educativos privados  porque esto nos permite dedicarnos a la implementación, al trabajo de la calidad de la educación como se ha venido haciendo.  Así las cosas, los colegios privados solicitamos respetuosamente al Consejo Superior de Educación que no limite el actuar del señor Presidente en aras de eliminar aquellos obstáculos de mejora continua y sistemática en la calidad de la educación costarricense.

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