La historias de Regina García

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La historias de Regina García
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 Regina García López nació en 1898 en un pequeño pueblo de Asturias, España. A los ocho años, un accidente con una trilladora le arrancó ambos brazos. Lo que para muchos habría significado el fin de su autonomía e independencia para Regina fue el comienzo de una lucha admirable.

 Regina Aprendió a hacer todo con los pies: escribir, peinarse, coser, pintar, incluso manejar un automóvil. Convertida en un ejemplo de autosuficiencia, la marca Ford le regaló un coche adaptado, y durante años fue imagen de campañas bajo el lema: “Si ella puede, tú también”.

 Cuando creció quiso ser maestra, pero la legislación de la época no lo permitía. Aun así no se resignó. García Escribió cartas al Ministerio de Educación pidiendo cambios para que las personas con discapacidad pudieran ejercer profesiones dignas. Su voz fue escuchada, y fue nombrada delegada de España ante la Sociedad de Naciones en Ginebra. En 1933, visitó la Casa Blanca, donde el presidente Roosevelt, quien sufría de con movilidad reducida, le besó el pie en un gesto de respeto profundo.

 La Guerra Civil truncó la vida de Regina. Fue encarcelada por negarse a colaborar con los franquistas. Murió en prisión en condiciones muy duras. Años después, su inocencia fue reconocida.

 Regina García no fue solo una mujer sin brazos. Fue una mujer con alas. Su vida no se define por la tragedia, sino por la valentía de no conformarse nunca y de luchar por los derechos de otros cuando muchos perdieron que ella había perdido la batalla.

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