Río Celeste

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Río Celeste
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En la parte norte de nuestro país hay un lugar sorprendente, una reserva natural donde se encuentra una verdadera maravilla de la naturaleza, Río Celeste con su imponente catarata, cuyas aguas forman una enorme poza enmarcada por el verdor del paisaje.

Desde la Gran Área Metropolitana, en un día se puede visitar el lugar, es cuestión de enrumbarse hacia el sector de San Carlos, pasando por San Ramón hacia el bajo Los Rodriguez, luego a Santa Clara, de ahí los rótulos marcan un camino en perfecto estado, aún el último tramo de lastre se encuentra transitable para cualquier vehículo.

En el sitio la caminata es moderada, durante la travesía se encuentran personas de distintas edades, con pocos pasos se adentra el visitante por senderos enmarcados por imponentes árboles, el sonido diverso de las aves, el ruido de las chicharras, como marco musical el clamor del río deslizándose montaña abajo semeja una tira de cielo desplegada entre montes y rocas.

El teñidero es el sitio donde inexplicablemente brota el agua de un celeste intenso, de ahí en adelante discurre entre brotes de aguas termales y el burbujeo que emana un olor a azufre, señal inequívoca del misterioso cordón umbilical con algún volcán cercano. Entre lianas y ramajes es posible divisar los juguetones monos carablanca, advertir a algún otro morador de la fauna escondido en la flora exuberante.

Como si fuera poco, en el camino a la altura de un pequeño poblado que le da su nombre, se encuentra el majestuoso “Árbol de la Paz”, les digo, en mi peregrinar por el terruño, he visto árboles majestuosos e imponentes, pocos se asemejan a este gigante, cuya edad, algunos ubican en centenares de años, abrazar una pequeña parte del tronco, recogerse en el silencio es un verdadero manjar para el espíritu.

Los expertos lo afirman, en espacios abiertos con la observancia de las medidas insistentemente repasadas, la propagación del virus causante de la actual pandemia disminuye sensiblemente, recrear el espíritu en medio de la naturaleza, contribuye enormemente a la salud mental, tan disminuida por el largo confinamiento,

El advenimiento del verano es momento propicio para recorrer los caminos de la patria, una forma solidaria de procurar la necesaria reactivación económica,

Por razones obvias es mejor permanecer en la casa grande llamada Costa Rica, Río Celeste está ahí, más cerca de lo imaginado, es un sitio mágico, alguien anónimo con corazón de poeta, al verlo exclamó: “En la creación, cuando Dios terminó de pintar el cielo, se vino a este paraje a enjuagar sus brochas”.

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