Mujeres de maíz y piedra

Panorama Digital
Panorama Digital
Mujeres de maíz y piedra
Loading
/

Zapatón, algunos encontrarán largo 50 kilómetros de Puriscal rumbo a Parrita por una calle impecablemente lastreada, otros cruzan todo el océano Atlántico para disfrutar este paraíso enclavado en tierras de los descendientes de la etnia Huetar.

Disfrutar un baño en la poza de aguas cristalinas con el marco de fondo de la imponente catarata El Rey e interponiéndose entre el cielo el verde vegetal, simplemente: ¡Mágico!

Si además, el joven guía se costea los estudios con la cuota de los visitantes, antes de emprender la ruta se disfruta el suculento gallopinto con huevos caseros, luego de la jornada espera la deliciosa gallina achiotada, picadillo de chicasquil, tortilla palmeada, ensalada, arroz, frijoles, refresco natural, todo por una módica suma para apoyar a las valientes damas de la Asociación de Mujeres Indígenas Emprendedoras de Zapatón.

Marcella Murillo Rivera y Damaris García Murillo, tienen los hermosos rasgos de los aborígenes, todo luce impecable en lugar, en la pulcra cocina se escuchan aplausos, de las manos brotan tortillas con el inconfundible sabor a cal donde se lava el maíz, esa suerte de providencia, según los libros sagrados de los ancestros, de ese fruto brotaron hombres y mujeres.

A veces nos preguntamos dónde ir, qué lugar mágico mostrarle a algún visitante, cómo materializar la solidaridad, el amor al prójimo.

El pueblo de Zapatón (el origen del nombre se mueve entre la realidad y el mito) algunos dicen proviene de la enorme figura de piedra con la indumentaria de los invasores, subrepticiamente sustraído por los conquistadores, alguien rastreó el mapa, los bordes del caserío de poco más de mil habitantes semeja el enorme zapato, los lugareños se decantan por una pequeña flor símil del más delicado calzado en pies de alguna princesa indígena de los huetares.

Los jóvenes asisten al colegio del lugar, ahí cultivan hondos anhelos de superación y esperanza, en los ratos libres son guías para llevar a los visitantes a las hermosas caídas de agua más allá de finales del invierno, en verano impresionantes formaciones rocosas.

A lo lejos en la lontananza, el mar Pacífico traza una línea azul en el horizonte, las lapas multicolores parten el cielo volando en pareja, inigualable testimonio de amor filial.

La Asociación de Mujeres Emprendedoras Indígenas de Zapatón, lo esperan, los tiempos de estrechez demandan sororidad, esa suerte de complicidad solidaria en el sexo femenino

Desde la radio, respetuosamente, lo invitamos a apoyar a estas valientes guerreras, indistintamente del género, la visita, la simple recomendación a algún turista, significa el cambio de curso en el bienestar de estas mujeres, simbólicamente de maíz y piedra.

Los comentarios están cerrados.