Las verdades de nuestra estadística, el promedio simple en la odisea laboral
Durante mi secundaria, teníamos que leer la famosa Odisea para el examen de bachillerato, una historia épica que narra las aventuras de Odiseo, conocido como Ulises, en su viaje de regreso a su patria, Ítaca, desde el momento en que finaliza la guerra de Troya hasta cuando finalmente vuelve a su hogar. Si bien esta historia es un poema épico griego, del siglo octavo antes de Cristo, no dista mucho de la realidad que vivimos en nuestros días para lograr acceder a un empleo o mejorar el ya existente.
Las cifras sobre el desempleo han mejorado, pero las mismas las debemos analizar mejor, evitando utilizar los promedios simples tan utilizados en nuestro día a día, pues hay una gran parte de la población que no se ve reflejada. Durante el primer trimestre el índice de desempleo fue de un 13.3%, reduciendo en 4 puntos con respecto al mismo periodo del año anterior. La tasa de las mujeres continua por encima que la de los hombres. Un 17,8% versus un 10,2%.
Acá es donde viene el detalle de los números puesto que la fuerza de trabajo, que se define como la cantidad de personas con empleo, más la cantidad de personas que andan en busca de uno, se redujo en casi 60.000 personas, entre junio 2022 y el primer trimestre del 2020, antes de la pandemia; teniendo como referencia nuestro estadio nacional, lo llenamos dos veces con las personas que han dejado de ser parte de la fuerza laboral, que se han cansado de seguir luchando una Odisea, o peor aún han sido devoradas por uno de los tantos monstros, con cantos de Sirena que los han enviado a la informalidad, a estar en “negro” donde salen de la estadística y del promedio simple para convertirse en teoría en parte del “empleo informal” desistiendo en su plan por generar recursos.
Podríamos mencionar que es un mejoramiento relativo en el sentido de que no es que mejoraron los indicadores, si no que las personas en condiciones más vulnerables salieron del mercado laboral y, por lo tanto, ya no entran en esa estadística.
Alrededor de unos 10 años atrás tuve la oportunidad de conocer y vivir el modelo técnico dual alemán, en el cual el gobierno en conjunto con la empresa privada crea una sinergia, súper interesante en la cual el beneficiado es el pueblo. Una práctica esta que apoyaría mucho a nuestro país, la cual ya está inventada y funcionando desde hace bastante tiempo, se requieren cambios profundos a nivel de empleo y siendo Costa Rica el Hub– Med Tech de la región es imperante migrar hacia este tipo de sinergias.
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