La idoneidad del funcionario público
En concordancia con la normativa costarricense, el principio de idoneidad comprobada asegura que el Estado tenga a su disposición recursos humanos de la mejor calidad y condición moral, técnica y científica, a efectos de hacerlo eficiente para el cumplimiento de sus objetivos y para lograr la adecuada prestación de los servicios públicos. Según lo dispuesto por la Sala Constitucional (publicado en su Revista número 2 del año 2020) el principio de idoneidad comprobada también está vinculada con el acceso a los cargos públicos.
Esa vinculación es de la mayor relevancia, especialmente cuando se toma en consideración lo publicado por el Semanario Universidad del 14 de setiembre de 2025, en el sentido de que al menos 14 candidaturas del partido oficialista suman un total de 59 causas judiciales, entre las cuales se mencionan temas sobre delitos de prevaricato, incumplimiento de deberes, nombramientos ilegales, abuso de autoridad, malversación, tráfico de influencias, peculado, fraude a la hacienda pública y contribuciones privadas ilegales. Ciertamente, todos estos casos se encuentran en etapa de investigación, no obstante, es preocupante en el sentido de que estas personas podrían resultar electas y condenadas penalmente, al mismo tiempo.
Esa situación fue advertida por la oposición a través de los diferentes medios de comunicación, sin embargo, prevaleció la indiferencia por parte del oficialismo y de un sector de la población. Y es en este punto donde, extrañamente, se percibe un comportamiento ilógico respecto a los valores éticos y morales, porque deja la sensación de que el oficialismo tiene una capacidad extraordinaria para señalar los males de otros, pero guarda silencio sobre los suyos, que en apariencia son iguales o peores; lo que refleja que los valores tradicionales son desplazados por ideas que denotan irrespeto, indiferencia, ambición por el poder político ilimitado y una reiterada confrontación.
De acuerdo con el Informe del Estado de la Nación del presente año 2025 se puede inferir que el Presidente de la República convirtió las conferencias de prensa en un espacio de constantes ataques políticos. El más reciente comportamiento del mandatario en la Asamblea Legislativa, abandonando intempestivamente el recinto parlamentario, evidenciando falta de madurez, insolencia y un interés manifiesto por seguir polarizando a la sociedad costarricense. Sin duda, estas actitudes del oficialismo son enfermizas, una realidad que la mayoría de la gente de este país no desea y que apela al buen juicio de la sociedad costarricense, para que la idoneidad del funcionario público siga siendo un valor preciado en la vida cotidiana.
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