Formar liderazgos que escuchan, representan y transforman

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Formar liderazgos que escuchan, representan y transforman
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Costa Rica vive una etapa decisiva. La ciudadanía exige soluciones reales, liderazgos éticos y una política que escuche más y prometa menos. No basta con diagnosticar los males del sistema: urge formar liderazgos comprometidos con el país, con la democracia y con la responsabilidad de legislar desde y para el bien común.

En esta ruta, el programa Liderazgos Legislativos 2025, impulsado por la organización Más Costa Rica, representa una de las apuestas más serias y necesarias para renovar el rostro del quehacer legislativo. Esta iniciativa, formará a cien liderazgos nacionales que podrían tener la opción de postularse como diputadas y diputados para las elecciones del 2026. Pero más allá de una eventual candidatura, se siembra aquí la posibilidad de una nueva generación política, capaz de entender el valor del acuerdo y el poder transformador del diálogo.

El proceso inició el pasado 23 y 24 de mayo y se desarrollará durante 90 horas académicas, extendiéndose hasta septiembre. Se estructura en modalidad híbrida, combinando clases presenciales con espacios virtuales, lo cual permite una formación flexible pero rigurosa. Lo relevante es que esta experiencia pedagógica se construye con el respaldo de importantes instituciones y organismos nacionales e internacionales, así como de profesionales provenientes de centros de alta formación política y académica, tanto de Costa Rica como de universidades internacionales de gran prestigio.

Este programa no se limita a brindar conocimientos técnicos sobre legislación, sino que impulsa una formación integral. Su propósito es desarrollar capacidades de análisis, pensamiento estratégico, ética pública, inteligencia emocional y dominio de las buenas prácticas comunicativas, esenciales en la vida política moderna. No se puede liderar sin saber comunicar; no se puede representar sin saber escuchar.

Además, se pone especial énfasis en la comprensión del funcionamiento de los poderes del Estado y su necesaria colaboración para el equilibrio democrático. La Asamblea Legislativa debe ser un puente, no una barrera. Necesitamos diputadas y diputados que entiendan su papel en la gobernabilidad, sin convertir el Plenario en un escenario de obstrucción o espectáculo.

El país necesita recuperar el valor del diálogo auténtico y de la negociación transparente como pilares de la acción política. No se trata de ceder convicciones, sino de buscar puntos de encuentro que permitan avanzar. Dialogar y negociar con actos profundos de madurez cívica y de amor por Costa Rica.

Si esos cien liderazgos logran entender que el poder no se ostenta, sino que se ejerce con responsabilidad y vocación de justicia, tal vez estemos más cerca de recuperar la credibilidad, el respeto y la capacidad de acción que tanto necesita nuestra democracia.

Desde este espacio, celebramos y respaldamos iniciativas como esta. Porque formar liderazgos con visión, carácter y vocación pública es también una forma de comunicar con responsabilidad. Y comunicar bien es servir mejor.

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