El problema del copiar y pegar en la política pública costarricense

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El problema del copiar y pegar en la política pública costarricense
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Una política pública es, según Dean G. Kirkpatrick, de la Universidad Médica de Carolina del Sur en los Estados Unidos, “un sistema de leyes, medidas regulatorias, cursos de acción, y prioridades de recursos, sobre un tema en específico de una entidad gubernamental o de sus representantes”. En palabras un poco más simples, la política pública es el comportamiento que adopta el Estado, a través de un ente gubernamental, con el fin de proteger cierto aspecto importante que es del interés público.

Uno de los más grandes avances en la generación de la política pública, según Trachtman, fue la de haber avanzado la ciencia social del derecho y combinarla con la economía, ya que se incluyó el razonamiento verbal de las ciencias jurídicas con el razonamiento numérico de la economía. De esto se extraen dos puntos muy importantes: Para generar una política pública seria,primero, se necesita analizar las características no numéricas y segundo, también analizar las numéricas del fenómeno; esto es lo que en la lenguaje técnico se conoce como, un análisis cualitativo y cuantitativo del tema.

Muchos de los proyectos de ley presentados ante la Asamblea Legislativa carecen de análisis cualitativos y cuantitativos serios, donde realmente se pueda tener una noción de cuáles son las razones por las que se produce determinado problema. Quienes generan política pública deben de ser responsables y conscientes para que sus propuestas lleven el rigor técnico y necesario, solo así  se darán soluciones reales a los problemas que aquejan al contexto costarricense. En muchas ocasiones las leyes generadas por nuestra Asamblea Legislativa parecieran más bien ser plagios de las legislaciones de otros países, lo cual implica que por ser normas para otras regiones, para otras situaciones, para otras culturas, no resuelven los problemas que aquejan a nuestro país.

El asesor legislativo del siglo XXI, no puede quedarse solamente con el razonamiento verbal, ni con discursos mal redactados, en los cuales se dicen cosas de las cuales no se tienen las pruebas estadísticas, matemáticas científicas, ni tan siquiera instrumentos de investigación bien elaborados para abordar los temas. Los ejemplos de la verborrea disfrazada de propuesta de política pública sobran, basta con leer los proyectos de ley y ver que muchas de las afirmaciones que en ellos se hacen, no cuentan con una referencia bibliográfica, académica o técnica seria que respalde lo que los legisladores aseguran en esos documentos.

Mientras el plagio de normas extranjeras y las ocurrencias sigan siendo practicadas en la Asamblea Legislativa, no podremos resolver los problemas que nos aquejan a los costarricenses.

Necesitamos seriedad y compromiso por parte de quienes elaboran proyectos de ley y para ello tenemos que elegir a gente preparada, con conocimiento y no a simples demagogos o plagiadores, que le hacen “copy-paste” a las normas de otras naciones y/o legislan a punta de ocurrencias.

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