El poder humano de las cooperativas
Cada primer sábado de julio, el mundo celebra el Día Internacional de las Cooperativas. Hoy, más que nunca, esta fecha cobra sentido, porque en tiempos donde la individualidad predomina, las cooperativas nos recuerdan que hay otra forma de avanzar y se hace construyendo en conjunto, creciendo con otros y compartiendo lo aprendido.
Las cooperativas ponen a las personas en el centro. Y eso no debería ser algo excepcional, sino parte de nuestra vida diaria. Porque nadie vive en una burbuja: todos necesitamos apoyo, compañía y oportunidades reales para salir adelante.
El cooperativismo cree firmemente que cada persona merece una oportunidad para desarrollarse, es una herramienta poderosa para cambiar vidas, fortalecer familias y transformar comunidades.
En Costa Rica, sabemos bien lo que eso significa. Aunque hemos atravesado momentos difíciles, el cooperativismo ha sido un pilar firme del desarrollo económico y humano durante más de 80 años. No podemos dejar que los errores de unos pocos empañen un movimiento que se basa en la solidaridad y el compromiso con los demás.
A nivel mundial, el cooperativismo es una fuerza de impacto. Según la Alianza Cooperativa Internacional, existen más de 3 millones de cooperativas con más de mil millones de miembros, generando empleo para 280 millones de personas, cerca del 10 % del empleo global.
Y un dato sorprendente que las 300 cooperativas más grandes del orbe generan más de 2,4 billones de dólares en ingresos, siendo actores clave en sectores como agricultura, finanzas y salud.
En nuestro país, el movimiento cooperativo está vivo y fuerte. Hay cerca de 590 cooperativas activas en sectores como ahorro y crédito, agricultura, transporte, vivienda, educación y más. Más de 900,000 personas están afiliadas, lo que representa alrededor del una quinta parte de la población.
Este sector genera más de 27,000 empleos directos y muchos más de forma indirecta, aportando cerca del 5 % al PIB nacional. Y lo más inspirador: más de 250 cooperativas juveniles y estudiantiles están sembrando desde ya la semilla del cooperativismo en las nuevas generaciones.
Las cooperativas también están comprometidas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), promoviendo la inclusión, la equidad de género y la sostenibilidad ambiental. Desde lo local hasta lo global, el cooperativismo demuestra que el bienestar individual y el bien común pueden ir de la mano.
Hoy celebramos a millones de personas que hacen del cooperativismo no solo un modelo económico, sino una forma de vida. Una forma de construir futuro con respeto, participación y equidad.
Porque cuando cooperamos, todos ganamos.
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