El código QR una discriminación innecesaria

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El código QR una discriminación innecesaria
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El gobierno durante dos periodos consecutivos supuestamente enarboló la bandera de la igualdad y la no discriminación, hasta colocó en Casa Presidencial, la bandera de la diversidad en virtud de las preferencias sexuales, ahora se ha empecinado en imponer la aplicación del denominado código QR, para establecer quienes si o quienes no, ante la decisión individual de colocarse las dosis de la vacuna del covid 19.

Desde el principio de la pandemia escuchamos un día sí y otro también, hablar al ministro de salud Daniel Salas, de la inmunidad de rebaño, según la cual, cuando un porcentaje elevado de ciudadanos estuvieran en contacto con la enfermedad todo sería distinto, se habló de la carga viral, especie de inmunidad natural desarrollada por el organismo, estábamos claros, aún en la inminencia de la aparición de la vacuna, que un porcentaje de la población, por diversas razones no se iba a inocular, una tendencia mundial.

Muchas organizaciones empresariales han manifestado su disconformidad por la pretendida imposición a golpe de tambor del código QR, por ejemplo, para acceder a algo tan necesario como una pequeña soda o restaurante, a hoteles tan golpeados por la pandemia, presentaciones artísticas para ayudarle no solo a la maltrecha economía, también a la salud mental, venida a menos por el confinamiento.

Miles de compatriotas no saben como se digiere eso del código QR, están al margen de la tecnología, adultos mayores, poblaciones originarias, analfabetos, indigentes.

Un botón basta de muestra, un indígena quien se desplaza desde Panamá para venir a recolectar café en la zona de Los Santos, al final de la extenuante jornada quiere irse a comer un casado con su parentela o bien comprar algunos vestidos en una tienda, si no tiene el código QR deberá dejar sus deseos en la puerta del negocio.

Este país ha sido obediente en el acatamiento de las medidas restrictivas dictadas por el gobierno, algunas no han evidenciado sustento científico, pareciera más bien un tanteo de prueba y error; la imposición del código QR es a todas luces discriminatoria, amén de significar una nueva traba a la generación de empleo en virtud de constituir un golpe al comercio.

El actual gobierno ya está en sus estertores finales, hasta la viajadera se desató en los últimos meses, el presidente y sus segundos a bordo, en periplo por diversas partes del mundo, sin más redito que la satisfacción del ego de transitar con un título honorario y pasaporte diplomático.

Muchas voces se han levantado para pedir al menos se posponga la implementación del código QR, esperemos en la recta final, se le hayan destaqueado los oídos al gobierno.

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