Educación cívica todo el año

La educación cívica para niños y adolescentes en nuestro país debe ser e ir mucho más allá de las fiestas patrias del 15 de setiembre. Pasados los desfiles y la algarabía tricolor es necesario en el hogar como en la escuela, colegio y universidad mantener el proceso de enseñanza cívica y valores patrios todo el año.
Los centros educativos trabajan sistémicamente y de forma explícita el tema de valores apoyados en una concepción humanista del currículo. Basados en los principios definidos por la Asociación de Psicología Humanista citados por Maslow, fundamentado principalmente en teorías filosóficas y psicológicas donde el ser humano está en permanente desarrollo de forma integrada.
La teoría plantea de que el ser humano es fundamentalmente bueno, y que la persona es lo más importante, su dignidad, sus valores y su experiencia e interactúa constamente con el mundo construyendo así su realidad. Es por esto que humanismo y educación cívica prepararán a los niños, jóvenes y jóvenes adultos para asumir sus responsabilidades y derechos como futuros ciudadanos sana y responsablemente.
De ahí que los planes de estudio y los textos educativos sobre la educación cívica, no pueden quedar en espacios reducidos. Al contrario en la actualidad que lamentablemente corre sangre por nuestras calles, barrios, centros educativos y hogares, porque la violencia se ha apoderado del sistema social sin piedad ni tregua. Especialmente en la población infanto-juvenil donde se dan más brotes de intolerancia, irrespeto y conductas delictivas.
No podemos por eso quedarnos con los brazos cruzados -¡Hay que parar la intolerancia, el irrespeto, violencia ya!-. Rescatar la paz, democracia y libertad.
Empezando por recordarles a las nuevas generaciones el esfuerzo de grandes hombres y mujeres, próceres de la patria para darnos la sociedad que aún con sus innegables problemas. Sigue siendo nuestra Patria y debemos velar por ella y trabajador todos juntos por devolverla a transitar por las sendas de paz, trabajo y solidaridad que otrara nos caracterixó ante el concierto de la naciones.
La educación cívica tiene que formar a los estudiantes en la historia patria pero tambien llevar el ritmo de los acontecimientos actuales diarios, de la dinámica política por medio de debates y análisis crítico desde la escuela hasta la universidad.
Nuestra institucionalidad ciertamente no es perfecta pero sí perfectible y si tuvieramos una sólida formación cívica, la ciudadaía esttaría muy bien informada de los pasos a seguir para lograr su mejoramiento. Pasos que no incluyen hablar de divisionismo, confrotanción u mucho menos del derramamiento nuevamente de hermanos costarricenses para lograr los cambios que sean necesarios.
La Educación Cívica debe ser materia obligatoria a través de todo el proceso educativo, para que así el trabajo y la paz siempre sean las estrellas que guíen el quehacer nacional y a los costarricenses.
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