Detalles por afinar en la seguridad social

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Detalles por afinar en la seguridad social
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El personal de la Caja Costarricense de Seguro Social se lleva las palmas en este largo periodo de pandemia, la solidaridad, empatía, son valores fundamentales cuando la fragilidad humana se evidencia ante los quebrantos de salud o la inevitable muerte.

Hay momentos cuando debemos traspasar el umbral en procura de medicamentos, exámenes, consultas de rutina, es ahí cuando el trato amable de los servidores es fundamental.

Se estima en el país existe más del 18% de la población con alguna discapacidad, motora, auditiva, visual o simplemente por el implacable paso de los años, aunque se han abierto espacios para la atención, el camino por recorrer está empedrado.

Al inicio de la pandemia la acción interinstitucional fue determinante para la entrega de medicinas a domicilio, paulatinamente las aguas retornan a su cauce, aunque esté lejos de amainar la tormenta.

El despacho de fármacos es uno de los aspectos neurálgicos de la seguridad social, la complejidad de su adquisición en un mercado, donde la voracidad de grandes transnacionales es el pan de cada día, el desabastecimiento de algunos insumos, a veces por prácticas desleales de los proveedores.

Es justo reconocer la calidad de los medicamentos dispensados en los centros de la Caja Costarricense de Seguro Social, no siempre apreciado por la población, a veces los retiran para luego dejarlos en la basura, sin conciencia del privilegio de tenerlos en sus manos luego de un riguroso proceso de control de calidad.

La entrega de medicinas es un tema con muchos pendientes, no es posible la espera horas de adultos mayores o personas con discapacidad, a veces sin un alero para paliar las inclemencias del tiempo.

En los últimos años la Caja ha entregado a terceros servicios estratégicos como la vigilancia y la limpieza. En algunas ocaciones pueden ser contraproducentes, aunque sean casos excepcionales, como que el guarda hace la primera valoración de la condición de los usuarios. Los guardas deben ser los primeros amigos en orientar a quienes se acercan a un centro médico; lo deseable es que sean vecinos y estables en sus puestos, así de tanto permanecer en la entidad, conocen a los usuarios y estos también los conocen a ellos.

La entrega a terceros de la contratación de estos servidores tornó, de alguna manera, inestable la permanencia del recurso humano; el tema es más delicado con el personal de limpieza, la incorrecta asepsia, por ejemplo, en un quirófano, puede hacer la diferencia entre el éxito o el fracaso de un complejo procedimiento quirúrgico. No se trata de satanizar la tercerización de algunos servicios operativos no mdicos, sino de revisar los protocolos para que estas actividades sean eficaces en pos garantinzar la seguridad integral de los asegurados.

Si bien aplaudimos la actuación del personal de salud, las palmas no pueden acallar las voces de quienes claman por un mejor trato, menos, colocarle la venda en los ojos a las auditorías internas o a los integrantes de la Junta Directiva de la benemérita institución.

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