¡¡¡A la conquista de la cima!!!

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¡¡¡A la conquista de la cima!!!
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Por lo general, la pareja humana, según el plan de Dios, va al matrimonio con grandes metas, anhelos e ilusiones.  Se idealiza ese día, como en el que se alcanza la cima de la montaña de la felicidad…cuando en realidad se está apenas al pie de ella. El reto es conquistarla juntos. En toda sana relación de pareja se presentan grandes obstáculos, que pronto mostrarán sus rostros.

El enemigo espiritual no necesita esforzarse mucho en presentar tentaciones pero además sabe cómo explotar los grandes adversarios, presentes en la identidad de los esposos, para así atacar a las familias.  Sus armas favoritas y las más efectivas, están en transformar su relación en mutuo rechazo; lo que puede no sólo separarlos, sino también lhasta levarlos a utilizar a los hijos, para herirse mutuamente y sin tomar conciencia que a los hijos con este proceder, se les causa gran dolor y hasta, en algunos casos, se les somete a una injusta elección partidista. Desarrollándose una tormentosa relación de pareja que; en algunos casos; ha terminado dolorosamente  en el mayor de sus fracasos: La irremediable ruptura.

En no pocas veces, se pretende establecer un dominio de un cónyuge sobre el otro.  Lo que puede darse indistintamente en ambos, sin distinción de sexo. Esta actitud causa mucho daño; especialmente en la persona en la que se pretende imponer este dominio, pues atenta contra su dignidad, crecimiento y realización.  Es la primera causa de decepción. 

Otro estorbo está en los mutuos defectos y hasta adicciones, que se puedan llevar a la relación matrimonial. Potencialmente, ambos están dotados individualmente para someterlos, fortalecidos por lograr meta juntos una vida exitosa para ambos. También deben brindarse mutuo apoyo en las experiencias adversas y de enfermedad. Viviendo cada uno su rol natural, que no les niega superación personal y a la vez traer armonía a la familia. Cuidando de su presencia personal; dentro de sus posibilidades; que aliente su relación de esposos. Brindándose también un servicio como muestra de mutua estimación y respeto. Si hay un sincero propósito de alcanzar una óptima relación,  los retos claman por ser alcanzados. 

¡Que no es fácil  ¡No lo es!  Pero de camino ya empezarán a disfrutar de su progreso personal y de pareja.  Aunque con el tiempo quedaran residuos de los efectos en ese caminar…pero el mutuo amor, los sostendrá al darle valor a las recíprocas virtudes.

Es todo un triunfo el llegar; ojalá antes de la ancianidad; a una convivencia matrimonial, que no sea solo  un soportarse sino un disfrutarse uno al otro. La ayuda de Dios a sus esfuerzos, no faltará y les dará el mejor vino como en la boda de Caná.  Él será refugio y fortaleza para que lleguen juntos y felices “hasta que la muerte los separe”.

                        ¡

¡Así la cima…será conquistada!

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