A 35 años del Premio Nobel de la Paz

Hace 35 años, el mundo hizo una pausa para aplaudir a un hombre. Y con ese hombre, a una nación entera, cuando se entregó en Oslo, Noruega el mayor reconocimiento que ha recibido hijo alguno de la provincia de Heredia.

El doctor Oscar Arias Sánchez recibía en nombre propio y de Costa Rica entera, el Premio Nobel de la Paz.

¿Su hazaña? Impulsar los acuerdos de paz necesarios para silenciar las guerras intestinas que desangraban a las naciones centroamericanas en medio de los juegos geopolíticos alimentados por la Guerra Fría.  

Toca hoy, pasados los años, recordar la hazaña de ese soñador que se enfrentó a las potencias de Estados Unidos de América y de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas en medio de la frentica paranoia de la Guerra Fría. 

La batalla en el campo era amañada e impulsada por las potencias globales empeñadas en desestabilizar la región mediante movimientos políticos y grupos guerrilleros, lo que costaba miles de vidas cada día. Frente a esta realidad, un joven político se plantó ante lo que se creía inevitable. Armado con la elocuencia y la profundidad de pensamiento, el joven presidente de Costa Rica, Oscar Arias Sánchez, retó a su presente y a la historia, ganando la guerra de la paz, para el futuro.

Bien lo decía Eleanor Roosvelt: “El futuro pertenece a aquellos que creen en la belleza de sus sueños”, y es para nosotros, en el Movimiento Cooperativo, un honor poder rendir homenaje a quien así se lo merece. Pero hablar de Oscar Arias no es solo hablar de un hito histórico aislado. A Arias se le reconoce su papel en las Naciones Unidas con el triunfo de su propuesta para la firma del Tratado de Comercio de Armas, es sin duda, la mayor contribución de la diplomacia costarricense a la humanidad.

La vehemencia de Oscar Arias por el desarrollo de Costa Rica, le permitió impulsar como pocos la cultura, la educación, la ciencia, la industria y el cooperativismo son una muestra del camino que decidió emprender desde su juventud. Insertó a nuestra pequeña economía en los mercados mundiales mediante el impulso a los acuerdos de libre comercio con Estados Unidos, la Unión Europea y China, abriendo así las puertas del mundo a los bienes y servicios producidos en Costa Rica.

Han pasado 35 años desde que terminó el conflicto armado. Es seguro, que no hay regalo más sublime para una madre que poder cambiar un fusil en la mano de sus hijos por el derecho a la educación, a la esperanza, a una vida con dignidad.

Ese es el regalo que la historia sin duda reconocerá, como la reconocemos hoy, al doctor Oscar Arias Sánchez.