Costa Rica: una democracia con esperanza
Al concluir el curso lectivo, se abre una etapa propicia para la reflexión sobre los logros, las esperanzas y los avances alcanzados por nuestros estudiantes. Este es un tiempo de evaluación, pero también de análisis profundo sobre los éxitos y las dificultades que, de manera temporal, hemos experimentado en el ámbito educativo.
Resulta igualmente oportuno expresar un sincero reconocimiento al esfuerzo y compromiso del cuerpo docente en todo el territorio nacional: desde las pequeñas escuelas ubicadas en las comunidades más apartadas de Costa Rica, hasta los colegios más grandes y de tradición educativa. Su labor constituye un pilar fundamental en la formación de las nuevas generaciones y en el fortalecimiento de nuestra democracia.
Este cierre de año nos invita también a renovar la esperanza. A pesar de las adversidades vividas -los fenómenos naturales, las lluvias intensas y los desafíos sociales y económicos- cumplieron con su deber de educar a nuestra niñez y juventud.
Nuestra democracia, construida sobre valores sólidos y principios compartidos, sigue siendo un ejemplo en la región. Es momento de reafirmar que Costa Rica posee la fortaleza moral y cívica necesaria para salir adelante. Es, además, una ocasión para reconstruir y fortalecer los valores esenciales de nuestra identidad nacional, y proclamar con convicción que Costa Rica tiene futuro, porque tiene esperanza.
Esa esperanza nace del esfuerzo cotidiano de los padres, nuestros jóvenes, del trabajo constante de nuestros educadores y del compromiso de cada ciudadano con el bienestar común. Si bien enfrentamos dificultades, sabemos que pueden superarse mediante la educación y el trabajo de todos. Existen centros educativos que han obtenido reconocimientos internacionales, particularmente en las áreas científicas, lo que demuestra la calidad y el talento que caracterizan a nuestros estudiantes y docentes.
No todo es oscuridad en el país: cada amanecer nos recuerda que la esperanza se renueva con cada esfuerzo, en cada hogar, cada aula, en cada lugar de trabajo y en cada rincón del territorio nacional.
En el marco de la celebración del 7 de noviembre, Día de la Democracia Costarricense, reafirmamos nuestro compromiso con los principios que nos definen como nación libre, democrática, participativa y solidaria. La democracia costarricense se fortalece cada día gracias a la voluntad ciudadana de participar, de construir y de creer en el futuro.
Esta es la Costa Rica de las grandes conquistas e iniciativas, del esfuerzo constante y del trabajo honesto de su gente. La esperanza no es una simple aspiración: es la consecuencia natural del compromiso, la educación y el amor por la Patria.
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