Los juegos olímpicos dejan al descubierto una rica veta

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Los juegos olímpicos dejan al descubierto una rica veta
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Por primera vez muchos veremos a los atletas participantes en el surf de manera diferente, Leilani McGonagle y Brisa Hennesy, superaron las expectativas en la primera edición de esta disciplina en los juegos olímpicos enTokio.

Indistintamente del podio, esta vitrina universal le abre un rico filón al país, bendecido con hermosas playas para esta práctica deportiva, sinceramente, antes de ser elevada al altar de las olimpiadas, muchos mirábamos con desconocimiento y hasta recelo.

Eso de personas de todas las edades adentrándose en el mar con una tabla se acercaba más a la imagen de atorrantes sin oficio ni beneficio a verdaderos atletas, algo desmitificado de manera magistral por quienes nos ilustraron de un quehacer de enorme belleza e inigualable disfrute.

Gran parte de la culpa se la achaco al periodismo deportivo, que dista mucho de merecer ese nombre, debería llamarse futbolero, particularmente porque la mayoría del tiempo se los dedican al juego de bola, en detrimento de otras disciplinas que trabajan en silencio, muchas veces con las uñas arañando patrocinios para poder competir.

Costa Rica es ya un destino reconocido universalmente por quienes gustan correr olas, pero el potencial es inimaginable, especialmente para las pauperizadas zonas costeras en el Caribe y Pacifico, para nadie es un secreto la enorme brecha en desarrollo social entre la Gran Área Metropolitana y los poblados de los litorales.

Tamarindo, Avellanas, Guiones, Nosara, Playa Naranjo dentro del Parque Nacional de Santa Rosa,  Roca Bruja, Santa Teresa, Jacó, Hermosa, Pavones, Salsa Brava en el Caribe, son apenas algunos de los lugares ideales para la industria del surf que mueve millones en turismo y patrocinios alrededor del orbe.

Ahora cuando en el mundo se habla de nómadas digitales, personas quienes con un ordenador colocan las oficinas en cualquier lugar, Costa Rica debe alzar la mano, acelerar la implementación de incentivos para atraer a estos visitantes de larga estancia, quienes vendrán a dinamizar nuestra alicaída economía.

Por primera vez dejé de lado un mediocre partido de fútbol de la selección nacional en la Copa de Oro, para imaginariamente correr olas junto a Brisa, la chica nacida en Pavones, ahora ciudadana del mundo, quien lució una hermosa tabla con los colores patrios.

Como aquellos mineros quienes en el mundo subterráneo encuentran una veta de oro, la apertura de la ventana olímpica a la práctica del surf, el enorme escaparate abierto por dos extraordinarias atletas, es una oportunidad sin igual para las autoridades del turismo, ojalá no dejen pasar la ola, se suban a la cresta, de una vez por todas olviden el nadadito de perro.

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