Se busca directora o director de orquesta para Costa Rica: Con amplio liderazgo y mucha capacidad de escucha
Con el reciente anuncio hecho por el Tribunal Supremos de Elecciones, Costa Rica anuncia que buscará a su próxima o su próximo Presidente de la República. Cual si fuera director de orquesta sinfónica, no se busca para nada a uno que quiere dirigir para descollar más que el resto de la orquesta, sino una persona capaz de dirigirl con oídos, visión estratégica y empatía, comprendiendo que debe escuchar para conocer las necesidades y expectativas reales de la población y hacerlo con respeto e integridad probada, rigor, creatividad y cercanía.
La batuta de este Director de orquesta debe marcar el compás del bien común: Él debe escuchar de verdad a sus “músicos”, coordinar y trabajar con todos los sectores de la sociedad y rendir cuentas con humildad. El reto es grande: que la música nacional se escuche claramente en cada casa, en cada aula, en cada EBAIS, de frontera a frontera. Y que, por decisión ética, la primera fila la ocupen la seguridad ciudadana, la salud, la educación y la justicia social. En esta orquesta país, la afinación la da nuestra Constitución Política: con reglas claras, derechos garantizados y límites a cualquier abuso. Desde ahí, la dirección exige tres virtudes muy ticas: diálogo franco y atento, trabajo en equipo y transparencia manifiesta. Presentemos la orquesta:
En la percusión —seguridad y justicia— llevando un ritmo firme, no estridente: prevención en barrios, oportunidades efectivas para adolescentes en riesgo, policía comunitaria cercana y un sistema de justicia que investigue, coordine y resuelva.
En las cuerdas —educación y salud— sosteniendo la melodía real de las oportunidades: aulas conectadas, docentes acompañados, comedores dignos, atención primaria que resuelva a tiempo. La niñez y las personas jóvenes deben sentir que el país los apoya y confía en ellas: con tutorías, deporte, cultura, ciencia y apoyo a la salud física y mental en centros educativos y comunidades.
En los metales —infraestructura y movilidad— dando potencia a: transporte público confiable, de calidad, rutas seguras, mantenimiento responsable y planificación urbana que de primero anteponga a las personas.
En el contrabajo —hacienda y empleo— marcando una base sólida y predecible: cuentas claras, lucha efectiva contra la evasión, inversión bien evaluada y apoyo real a cooperativas, pymes y emprendimientos locales. Empleo digno para mujeres y juventudes, con el INA y universidades públicas formando, para las nuevas economías.
En los vientos —innovación y producción— soplando con aires nuevos: simplificación de trámites sin enredos, ni tanta burocracia, tecnología al servicio de la persona, encadenamientos productivos en territorios rurales y costeros, ciencia aplicada a problemas cotidianos como agua, tratamiento de residuos, en fin, apostando al desarrollo sostenible.
Y en el coro —municipalidades, sector público y privado— recordando que sin su voz no hay concierto: participación real en los cantones, datos abiertos a tiempo, cuentas públicas claras y mesas de trabajo que produzcan soluciones.
El país necesita un concierto que se note en la vida diaria: menos espera para una cita, más aprendizaje significativo, barrios seguros, empleo formal y digno creciendo y trámites simples. Contratemos a ese director o directora con razones, no con banderías politiqueras, ni emociones negativas.
Exijamos una partitura integral, visionaria e inteligente, que nos diga -cuándo, cómo y con qué- y apoyemos a quien ponga a las personas y a Costa Rica en el centro de su dirección. Que el próximo director de nuestra orquesta, su batuta y partitura, hagan sonar lo mejor de la Patria.
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