Reflexión: Cuatro Vidas

Hace unos días conocimos la noticia de que un avión sufrió un accidente en India en el que perecieron 279 personas y solo sobrevivió un pasajero.
A raíz de esa tragedia nos encontramos la siguiente reflexión:
Para algunos, solo fue otra noticia de última hora.
Para mí, fue un recordatorio conmovedor de lo frágil e impredecible que es realmente la vida.
Cuatro vidas. Cuatro historias. Cuatro poderosas lecciones que cambiaron la forma en que veo el tiempo, el propósito y la gracia de cada momento.
Primero: una familia que había esperado años para cumplir su sueño de emigrar al Reino Unido.
La vida se interponía en el camino, responsabilidades, retrasos, decisiones.
Finalmente abordaron el avión… pero nunca llegaron a su destino
Y me di cuenta:
Tenemos muchos planes para «algún día. Pero si seguimos esperando, algún día se convierte en nunca.
Segundo: una mujer que se suponía iba a estar en ese vuelo. Ella llegó tarde. Perdió el registro. Suplicó subir a bordo, pero se lo negaron. Ella estaba frustrada, enojada, derrotada.
Sólo para luego darse cuenta: que el retraso fue protección divina.
No siempre conseguimos lo que queremos, porque Dios ve lo que nosotros no podemos.
A veces, su «no» es lo que nos mantiene vivos.
Tercero: un hombre que sobrevivió.
El avión se partió por la mitad y él estaba en la sección que no se prendió fuego.
No fue suerte. Fue un propósito. Y me recordó el versículo: «Hay un tiempo para todo, y una estación para cada actividad bajo los cielos. ” –
Simplemente no era su momento.
Cuarto: Y luego los que no lo lograron.
Gente con sueños. Personas con familias.
Gente con historias sin terminar.
Le dieron un beso de despedida a alguien esa mañana… sin saber que era la última vez.
Sus vidas nos recuerdan que el tiempo no está garantizado.
No nos prometen vejez. No nos prometen más tarde.
Lo que tenemos es ahora. Un respiro. Un latido. Una oportunidad.
Así que mientras todavía tengás el hoy…
Mientras todavía estés respirando, seguí siendo fuerte-
No esperés el momento «perfecto».
Amá ahora. Disculpate ahora.
Perdoná ahora. Soñá ahora. Hablá ahora.
Porque la vida no siempre viene con advertencias.
Y a veces… «la próxima vez» nunca llega.
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