¡Por un ciclo lectivo de calidad!

En este particular tiempo que hemos estado viviendo, nuevamente inauguramos un curso lectivo cargado de esperanzas, inquietudes, preocupaciones, expectativas, alegrías y aprendizajes por parte de gran parte de los actores educativos. A la vez, es una nueva posibilidad para hacer de este inicio de curso una gran oportunidad de cambio a favor de una educación que acerque a los estudiantes no solo al conocimiento y aprendizaje, sino, también, que los oriente a una sólida formación en valores.

Definitivamente un nuevo ciclo lectivo constituye un tiempo que ofrece la oportunidad de ampliar nuestra reflexión sobre algunos temas prioritarios en materia de educación que colaborarían para un mejor comienzo y la construcción de una adecuada agenda para el presente y futuro.

Por ejemplo, es necesario generar una discusión acerca del aumento en la inversión del presupuesto educativo y el cumplimiento de claras metas pedagógicas que mejorarían la calidad y equidad del sistema en todos los niveles, tanto en la modalidad virtual como presencial.

Además, expandir la incorporación de las tecnologías de la información y comunicación. Fortalecer la educación técnica y la formación profesional impulsando su modernización y vinculación con la producción y el trabajo.

También se requiere una modificación de los cimientos pedagógicos, curriculares y organizacionales. Hay que crear las condiciones para que los estudiantes construyan sus trayectorias personales; ayudarlos a descubrir qué les interesa; acortar las distancias entre los deseos insatisfechos y la certeza de alcanzarlos y, además, lograr la emancipación de las inteligencias al diversificar las diversas orientaciones de la experiencia educativa.

Esto aunado a que se debe realizar una evaluación integral del sistema educativo comprendiendo la evaluación como un proceso continuo, formativo e integrador. De esta forma, se cumpliría una función pedagógica y didáctica donde cada sujeto se sienta albergado, reconocido y participativo.

Y un aspecto que merece especial atención es el de la importancia de la transmisión por parte del educador; priorizando el quehacer docente cuyo propósito es que, con el tiempo y como motivadores por excelencia, los estudiantes vayan creciendo y dando frutos. Porque es sabido que el buen desempeño del docente es vital, ya que los estudiantes pueden ir motivados a una clase si lo ven como un entorno propicio para el aprendizaje y de donde pueden extraer aspectos verdaderamente positivos para su vida.

Ahora bien, el acto de motivación de los docentes a los estudiantes y la reflexión acerca de los aspectos prioritarios en el campo educativo no solo se deben realizar al principio de curso, sino que este propósito debe seguir durante todo el curso manteniendo un esfuerzo constante para lograr estándares de calidad. ¡Ojalá aprovechemos al máximo este curso lectivo 2021!

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