Navidad

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Para nuestro país esta Navidad 2025 es especialmente significativa pues nos convoca a que recuperemos aspectos del ser costarricense la paz, solidaridad y hermandad.

Hemos vivido, lastimosamente, una suerte de violencia a la hora de comunicarnos entre compatriotas por temas políticos, religiosos y económicos, al punto de llegar a dividirnos tanto física como emocionalmente. Algunos se han enojado con amigos, y familiares, solo por pensar diferente.

La libertad de expresión, ha sido fuertemente atacada, por aquellos que no aceptan criterios diferentes, dejándonos miedo, incertidembre, confusiones y mentiras.

En esta navidad volvamos a sonreir con genuina empatía por los demás. Aquietemos el espíritu sin perder autenticidad, dando prioridad a la conexión de personas con aquel estilo caracterísitco de nuestro “pura vida”.  

Que la humildad, empatía y la sencillez no sean nostalgias del pasado, sino realidades presentes.                 

Hagamos del ritual familiar de la tamaleada un verdadero jolgorio navideño, abrazando la experiencia de nuestras abuelitas, siguiendo los pasos de su receta especial. Veamos en cada “tamalito”, el corazón de nuestros hermanos. Por dentro blandito, lleno de ingredientes que hacen feliz a quien lo abre, esperando pueda impregnarse de su generosa escencia, creada con tiempo y amor. La envoltura de hojas amarradas fuertemente  simbolizarian la dureza exterior del ser. Sin embargo, son solo protectoras temporales, porque la verdad está en su interior y fluye con la dedicación y amor con que fueron hechos.

En esta colorida época niños cantan por los barrios las campanas de Belén por la nueva que traen. Honremos la tradición de nuestros ancestros por dejarnos como forma de vida el  trabajo, la paz, hermandad y la libertad.

Muchas casas se ponen el “Portal de Belén”; desde gallinas, patos, y chanchos criollos hasta ovejas del desierto por caminos de arena y musgo enfilados hacia los Tres Reyes Magos, María, José, la vaca y el burro alrededor del pesebre esperando la llegada del Niño Jesús.

El ambiente se va llenando de espiritualidad, y afloran los buenos deseos por regalar no sólo lo material; también se regalan sonrisas, abrazos, tiempo de comer en familia y amigos. Los niños son el centro de atención, por esto el comercio ofrece decoraciones de Colacho con el fin de motivar su mundo mágico infantil.

En navidad se canta “ Noche de paz, noche de amor”. Hagamos que para nuestra amada Costa Rica sea más que un canto.  Que esta paz se viva siempre en el corazón de todos para tratarnos con respeto y acabar de una vez por todas con tanta violencia social imperante en los últimos años.

¡Para Costa Rica el único camino posible es la Paz!

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