Lo que pasa en las redes sociales NO se queda en las redes sociales

Panorama Digital
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Lo que pasa en las redes sociales NO se queda en las redes sociales
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Las redes sociales han sido parte importante de las interacciones humanas por más de una década. Su crecimiento exponencial ha cambiado enormemente no solo las relaciones interpersonales sino la distribución de información, las dinámicas de mercadeo y las interacciones en distintas comunidades.

Pese a las innegables ventajas de la tecnología, como lo son la facilidad de comunicarse entre círculos sociales y el acceso a información, la falta normas morales en línea y la no veracidad de algunas fuentes hacen de las redes sociales un arma de doble filo, que puede tener graves consecuencias en la sociedad.

Específicamente en Costa Rica la polarización de la población se ha puesto en evidencia en los últimos tiempos, e independientemente de las posiciones individuales, la violencia en muchos de los grupos, blogs y páginas web, ha sido el común denominador.

La idiosincrasia en nuestro país ha evolucionado y parece haber un estado latente de caos, donde las diferencias de etnia, género, credo entre otras, llevan a una batalla épica en los monitores de nuestros celulares y computadoras. Mientras tanto, los valores humanos que tanto nos distinguían como sociedad se han quedado de lado.

Diversos estudios determinan que la agresión y la violencia se fomentan por muchos factores facilitados en las redes sociales. Entre ellos la posibilidad del anonimato, la distancia física entre el agresor y la víctima y el hecho de que los sentimientos negativos se expresan con mayor facilidad de manera escrita sin la presencia de confrontación.

Desafortunadamente, los títulos académicos y posición socioeconómica no hacen distinción entre este tipo de conductas amorales. La dualidad de muchos individuos en apariencia socialmente adecuados se retrata, cuando el irrespeto y la violencia salen a luz   resguardados detrás de sus monitores y de sus teléfonos celulares

No existe justificación alguna para el irrespeto. Se vale tener opiniones diferentes, pero el diálogo y la tolerancia son la única vía para encontrar un punto de negociación entre nuestras diferencias. Debemos ser consecuentes en nuestras acciones, en nuestros trabajos, en nuestros hogares, pensemos bien antes de emitir un criterio en las redes sociales

Debemos apegarnos a nuestros valores y principios, aunque nuestras acciones se escuden en el anonimato o en nuestros “perfiles”. Un país libre y pacifico no es responsabilidad única de los gobernantes sino de sus ciudadanos. Lo que salga de nuestros monitores repercute en la sociedad y es nuestra decisión como queremos que sea la dirección de ese cambio.

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