La dama del bicentenario requiere ropas nuevas

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La dama del bicentenario requiere ropas nuevas
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La crisis de valores que hoy sufren las democracias, paradójicamente, se origina en que han subido al poder, personajes que no creen en la institucionalidad y desde adentro, sabotean la democracia, las libertades fundamentales y la libre empresa, con resultados nefastos al frente de sus desgobiernos.

El reto de las democracias modernas, es convencer con efectividad, a la ciudadanía para participar y así devolver la credibilidad en la institucionalidad con hechos, pero aún más, con resultados positivos.

Dicho esto, es fácil entender la reacción ciudadana, el desgano y desidia ante un pilar de la democracia: el libre sufragio. Y es que, aunque la democracia, no siempre es un tipo de gobierno perfecto, sobre todo, por los pésimos políticos que usurpan el poder, lo cierto es que, no podemos abandonar la Patria cuando más nos necesita.

El sufragio es un recurso de consulta que el sistema republicano nos brinda y si no usamos este poder, como la principal arma para destituir la mediocridad de nuestra democracia, el resultado final será nefasto, porque podría terminar gobernarnos la barbarie y el totalitarismo de una minúscula élite que decide por los demás. Sería el gobierno de las minorías, y no del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Entendiéndose la República como un ejercicio del poder, opuesto a la monarquía, la aristocracia, el fascismo, y las dictaduras.

Costarricenses, demos un voto de censura a la improvisación y al desgobierno. El primer domingo de abril próximo, salgamos todos a votar, es la mejor herramienta para fortalecer nuestra democracia. Ese día no podemos quedarnos en casa y luego quejarnos como siempre. No podemos ser espectadores, seamos participes. Vote por el candidato que usted considere apto, pero ejerza su derecho y su deber.

Revise los planes de gobierno que proponen. Pregunte, asesórese y verifique. El país requiere soluciones equilibradas, sostenibles, con justicia social. Requerimos vivir seguros, con libertad, dignidad y respeto. No crea en fantasiosos ofrecimientos de una Costa Rica multicolor. Ocupamos soluciones ya.

Proteste a través de su voto. Hoy, Costa Rica nos necesita. Es sarcástico que en el bicentenario de la República, nos la devuelvan desnuda y enferma. Como sus hijos, nos corresponde reconquistarle prestigio, estima y honor.

Cuando alguno pretenda su gloria manchar, seamos un pueblo valiente y viril. ¡Reaccionemos!, si no, Dios y la Patria nos lo demandarán.

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