Fortalecimiento institucional
El sistema institucional costarricense necesita ser fortalecido para que siga respondiendo con éxito a las nuevas exigencias del contexto histórico social. Algunos expertos, por ejemplo, consideran que este mejoramiento institucional pasa por una constituyente, otros, en cambio, son del criterio que los ajustes se pueden realizar sin necesidad de reformar la Constitución Política.
En una democracia como la costarricense se puede discutir sobre los posibles mecanismos para implementar las mejoras que sean necesarias, pero de ninguna manera los desacuerdos -que también son propios de la democracia– deberían obstaculizar el proceso. El país debe tener la suficiente capacidad para convenir lo mejor posible y en esa ruta las contrariedades no deberían escalarse a un nivel que imposibilite los ajustes institucionales, por el contrario, se requiere madurez política, capacidad intelectual y participación de todos los sectores para asumir responsablemente la tarea.
Si un gobierno determinado considera que su gestión se ve limitada por el actual ordenamiento institucional entonces debería ocuparse de presentar propuestas de cambio. Un gobierno serio es aquel que se muestra más propositivo que contestatario. El Presidente Rodrigo Chaves ha criticado reiteradamente la institucionalidad costarricense, lo ha hecho de manera despectiva y con una narrativa descalificante y grotesca que en nada ayuda a iniciar un verdadero proceso de ajuste institucional. No está mal que cuestione o critique las fallas del sistema, de hecho es su obligación hacerlo, el problema es que la actitud del Presidente Chaves genera más tensión y mayor malestar y lejos de ser un líder que inicie el proceso de ajuste institucional más bien lo atrasa, debido a sus desplantes y enojos con los demás poderes de la nación.
A pesar de las diferencias ideológicas existentes entre las fuerzas políticas, el país fue capaz de construir un proyecto de sociedad y un Estado Social de Derecho que son – aún – la base de la democracia política, económica y social de Costa Rica. Ciertamente, se han formulado muy serios cuestionamientos sobre el hecho de que esas mismas fuerzas políticas tradicionales abandonaron el proyecto original y que de una u otra forma conspiraron contra las reformas sociales. Cada uno tiene el derecho de opinar lo que considere correcto, pero nadie puede ignorar que el país tiene – ahora mismo – uno de los retos más importantes: fortalecer el sistema institucional que le permita seguir avanzando en paz y democracia. El país no necesita personajes explosivos, ofensivos y grotescos, el país necesita en el gobierno personas que sepan dialogar, que amen a su país y que se pongan a su servicio para avanzar hacia una sociedad pluralista, inclusiva, próspera y democrática.
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