Forjando trabajadores

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Forjando trabajadores
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Ya desde el vientre materno se empiezan a forjar los trabajadores; ellos y ellas; su acción de aferrarse a la vida uterina es toda una lucha de cerca de nueve meses, por preservar la vida a la que fueron concebidos. Su emerger les exige un esfuerzo en unión con la madre; juntos llevan a cabo el milagro del alumbramiento.

Al pasar el tiempo; los futuros trabajadores; siendo niños recibirán de sus mayores, una formación, de acuerdo con su edad, para llevar a cabo pequeñas labores, que al pasar el tiempo irán siendo más elaboradas para integrarlos a las faenas hogareñas. De esta manera se irán identificando con llevar a cabo quehaceres de forma responsable y el recibir la aprobación de sus mayores, por una buena realización, les causará, a estos, futuros trabajadores asalariados, una gran enseñanza que se manifestará en una gran satisfacción.

Cuando estos niños llegan a la pubertad, manifestarán una necesidad de obtener dinero para sus pequeños antojos. Es cuando; según las posibilidades financieras de quienes tienen la patria potestad; se puede llegar a un acuerdo con estos trabajadores en cierne; asignándoles labores de más responsabilidad; que no sean de riesgo para ellos y las que deben realizar a conciencia; esto a cambio de una pequeña remuneración. Esto siempre y cuando no interfiera con sus estudios, que es primordial para su formación integral.

 Sabemos que el trabajo infantil no está permitido, esto por cuanto se exponen a sufrir explotación.  La idea central no es de un trabajo obligatorio, sino asignarles unas labores que resulten recreativas y alcancen así alguna representativa remuneración en su formación laboral.   

De esa manera irán aprendiendo lo que es ganarse un salario y lo valorarán al tiempo que surgirá en ellos la importancia de una sana salud financiera que deseche alguna actitud de derroche, ya que tuvieron que obtenerlo aprendiendo a laborar bajo el cuidado de quienes son sus responsables.

No es una propuesta de trabajo obligatorio para quienes inicien la pubertad y la adolescencia, sino una invitación a propiciar en ellos una formación laboral que buscará alejarlos de la tentación de obtener dinero mal habido, como dolorosamente algunos de ellos han caído; esto a falta de contar con una formación en la que puedan ofrecer su capacidad para optar por un sano empleo. Capacidad que se puede iniciar al amparo del hogar. Se podría analizar si esta necesidad de obtener algún dinero que surge en ellos ha sido una de las causas de que muchos jóvenes han abandonado sus estudios.

Trabajadores; ellos y ellas; formados en responsabilidad, que merecen y tienen el derecho de ser altamente valorados por sus patronos.   

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