El señor Presidente dijo tres veces “trabajo”

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El señor Presidente dijo tres veces “trabajo”
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Sí, es cierto, al costarricense le hace falta trabajar más y hacerlo bien, como lo hace el agricultor, con amor, esmero y esperanza. Hasta la tierra es su amiga y compañera. Nunca la mira con desprecio, sino con ojos y manos de cariño, y le pide al cielo fecundidad y lluvia; en silencio lo va pidiendo. Por la noche sueña con la realidad de su siembra. Quienes hemos vivido en finca conocimos a esos hombres, velando sus siembras de sol a sol. Ellas son su vida y su pasión. Lamentablemente, quedan pocos.

Qué fácil se hace llegar a una feria del agricultor, detenerse en sus productos y pensar en todo cuanto está detrás de cada uno: trabajo, sudor, un café a media mañana, más trabajo y más sudor. Pero solo el sembrador lo sabe: en cada papa también va su alma.

Valoremos el trabajo de esos hombres y pongamos a su lado, otras tres veces, la honradez. Cuando hay trabajo bien hecho, esta no puede faltar. Si el Presidente dijo trabajo, trabajo y trabajo, ahora todos correspondamos con honradez. Este es el advenimiento de una nueva cultura cívica y social. Solamente así, con estos dos elementos, lograremos desterrar el exceso de pasividad y el conformismo. Costa Rica está para más.

No vivamos presos del sí y del no. Cuando las circunstancias nacionales exigen romper ese falso binomio, debemos decidirnos y no dubitar. Recordemos: todo lo bueno cuesta, pero no puede vivirse sin lo bueno.

Por eso el país está en la encrucijada del déficit fiscal, no obstante tener valiosos economistas para decidirse por lo más conveniente. Esperemos que triunfe la verdad de los hechos, no la posposición y las promesas.

Estamos obligados a no engañarnos y en el deber de acortar el tiempo, y no endosándole la culpa a los gobiernos anteriores. El nombramiento de comisiones lo que hace muchas veces es diluir la pronta resolución de un problema.

No nos engañemos refugiándonos en el olvido. Los problemas requieren de una respuesta inmediata. Esta lentitud  que nos ha caracterizado anula la nueva cultura cívica y social que demanda el país.

Seamos solidarios con lo que el pueblo reclama y espera.

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