Drogas insensatez que destruye
Padres y madres que con ilusión traen a la vida hijas e hijos, indistintamente del estrato social, en ellos existen sentimientos comunes, como el amor, el deseo de que sean personas de bien y felices.
Si los caminos hacia lo sensato y el verdadero éxito, son desviados por el alcoholismo, las drogas y los engaños que llevan a la destrucción, ante el libertinaje, la irresponsabilidad y el abandono total de derechos y obligaciones de ser personas útiles, asertivas y dignas, es cuando se destruyen vidas, familias enteras, y se enferma la sociedad.
En la familia y en las comunidades se derraman lágrimas de sangre, si uno de los miembros se pierde inmerso en la equivocación, creyéndose poseedor de la verdad absoluta, capaz de dominar una situación de adicción en la que es falso, totalmente falso que, lo pueda lograr por sí mismo, sin la ayuda de Dios, la familia y profesionales en la materia.
Personas en ese estado, no son pobrecitas, las víctimas incomprendidas son las familias y la sociedad, mas la única forma de poder ayudar a personas con problemas de adicción es, con amor, cero tolerancias y tratamiento inmediato en manos de profesionales. Es la única forma de corregir la grave situación que se presenta en todo Costa Rica, sólo en el casco central de San José, viven más de 6.084 personas en estado de indigencia, casos extremos de personas en el fondo de las necesidades, desprovistas de lo mínimo para subsistir, sin sumar los casos intermedios de miles y miles de compatriotas abrazados por los tentáculos del alcohol, las drogas y los antivalores.
Las personas con problemas de adicción, siembra el terror, la desconfianza y el egoísmo, la violencia y la desconsideración, más aún inducen a las familias y a la sociedad en un estado de impotencia, al ver como la paz y lo bello de una vida funcional, se desmorona ante los antivalores que, generan la inseguridad ciudadana, por la lucha de poderes de los carteles de la droga, ajusticiamientos, corrupción y todo tipo de vandalismo, se pierde el respeto a los valores, a la familia, a la sociedad y a las autoridades.
Costa Rica no puede permitir que el territorio nacional sea caldo de cultivo de organizaciones narcos, no puede permitir que conciencias de costarricenses sean compradas por el dinero de la muerte y la destrucción moral, no puede permitir que la juventud sea contaminada.
Cada persona goza del libre albedrio, no dejemos que Costa Rica se convierta en Tierra de nadie.
Los comentarios están cerrados.