Destruir la radio es destruir a la democracia
Con sumo dolor leo cómo cada vez más radioemisoras tendrán que cerrar sus puertas porque no podrán seguir operando, debido a los montos abusivos que la SUTEL determinó para las concesiones del espectro radioeléctrico. Las radioemisoras en su mayoría en este país, son micros, pequeñas y medianas empresas, que generan fuentes de empleo para cientos de costarricenses, pero no son minas de oro, muchas apenas y pueden salir a flote a finales de mes, porque para poder disfrutar de esa concesión deben estar al día con la Caja, pagar sus planillas a tiempo, más todos los otros tributos que se cobran a los emprendedores en este país.
Los importes económicos pretendidos por la SUTEL y el Poder Ejecutivo que podrían llegar hasta las decenas de miles de dólares anuales son imposibles de pagar para la mayoría de las radioemisoras. Si algunos pueden darse el lujo de pagar esos montos, la mayoría de las pequeñas y medianas radioemisoras no y esto lo que hace es atacar directamente a la libertad de expresión y de prensa.
Los montos que sean razonables para que las emisoras puedan operar, son de suma importancia porque la radio es columna vertebral de nuestra democracia. A ciertos gobiernos les conviene que las radioemisoras pequeñas y medianas no continúen, porque en la actualidad los gobiernos dictatoriales o con aspiraciones a serlo, saben que la señal de radio, por ser abierta, no es fácil de controlar como sí lo es el bloqueo en internet.
La radio es el medio más democrático que existe. En un país donde la brecha digital todavía sigue siendo significativa, la radio es el medio que muchas personas utilizan para mantenerse informadas, entretenerse y compartir. Desde que Guglielmo Marconi inventó la radio en 1895, esto dio un giro radical a las comunicaciones y a la manera en que las sociedades se desarrollaron.
Por mucho tiempo, muchas personas han dado por sentada a la radio, porque cuando se vive en democracia se cae en una especie de complacencia donde no nos preocupamos ni damos cuenta de lo importante y frágil que es la democracia.
Sin embargo, cuando se comienza a atacar a los medios de comunicación y se limitan las telecomunicaciones, la radio ha servido como medio informativo, sino recuérdese el caso de Radio Europa Libre en Europa, que transmitía mensajes de libertad a los países oprimidos por la extinta Unión Soviética y que precisamente podía hacerlo, porque la radio no es tan fácil de ser controlada como lo son otros medios tecnológicos y de comunicación.
Esperemos que los tribunales tengan la sabiduría de poder decidir los procesos que se presenten de manera que se garantice la libertad de expresión, de comunicación y de prensa, que debe existir en todos los ámbitos y medios de una sociedad democrática, tal y como lo ha hecho ya la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia.
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