Criminalidad en Costa Rica

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La seguridad ciudadana de los costarricenses se ha venido descuidando. No debemos jamás confundir seguridad con represión.

No se debe ignorar de ninguna manera el origen de la inseguridad. No se consigue seguridad con violencia institucional, al contrario, todo ello lleva a aumentar los niveles de violencia social y de inseguridad posteriores. Más justicia pronta, cumplida y más solución de los conflictos sociales generadores de la inseguridad en sus orígenes es lo apropiado.

Cinco grandes socializadores poderosos son los que marcan el derrotero de nuestra conducta. La familia es determinante en la seguridad ciudadana pues forma las primeras conductas socialmente aceptables en los niños para el resto de sus vidas. Si no hay familia sólida en consecuencia no hay reglas de convivencia bien sentadas ni seguridad ciudadana.

La escuela es decisiva en la seguridad ciudadana ya que sienta las reglas de las conductas de los individuos fuera de la familia. El debilitamiento de la autoridad en las escuelas y en la conducta de los alumnos tienen graves repercusiones posteriores.

El debilitamiento de las religiones resulta en el debilitamiento de la moral y tiene un gran impacto en la seguridad ciudadana. Los lugares de trabajo o grupos de convivencia, los grupos de referencia y los medios de comunicación colectiva también son decisivos en la conformación de un ambiente de seguridad.

Policía profesional, fiscalía competente, tribunal expedito y cárcel que además rehabilite a los delincuentes para reinsertarlos en sociedad; luego deben atender con rapidez los casos de quienes violan la ley.

La seguridad ciudadana es una sumatoria social. Para mejorar la seguridad ciudadana es menester conjugar esa sumatoria social y fortalecer los elementos que la garantizan.

La inseguridad ciudadana se debe de combatir en sus orígenes no solo a través de la represión policial. En la sumatoria social el desempleo, la miseria, la alienación y la falta de destrezas para ganarse la vida son generadores decisivos de criminalidad.

El narcotráfico, las bandas, los sicarios se combaten con la misma fuerza y letalidad que ellos despliegan en sus delitos. El crimen organizado se debe de combatir como la guerra que es. Esta es una guerra declarada que requiere a su vez de armas, inteligencia, jefaturas y organización mejor que la del narco y del crimen organizado. La seguridad ciudadana requiere de una estrategia diferente a la seguridad ante el crimen organizado. Para dirigir la seguridad se requiere excelencia.

El problema de seguridad del país es de resolución urgente, pero sus resultados los veremos a mediano plazo si tomamos hoy las decisiones correctas. No hay soluciones prontas ni fáciles. Irremediablemente deberá cambiar Costa Rica si se desea atender esta compleja problemática.

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