Autoexigencia

17765960 - young man has confusion in his head
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Autoexigencia
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La autoexigencia exagerada no es sana, crea estrés, ansiedad, y culpa. Lo ideal es llegar a ser un adulto equlibrado que asume responsabilidades y avanzar como personas discplinadas y productivas, pero nunca llegar al punto de maltratarse a nivel emocional, ni maltratar a la pareja, hijos, familia o compañeros de trabajo.

Para la psicóloga española María José Cabanillas, especialista en sanación interior, señala que esta conducta negativa surge ,del niño herido que llevamos dentro, como resultado de traumas vividos durante la infancia, lo cuales no se trabajaron ni se resolvieron psicológicamante.

Añade que en ese lado oscuro de la autoexigencia, en el fondo, lo que hay es una sensación de no valer y de que, por mucho que se haga, nunca es suficiente.

Este tipo de reacciones son muy frecuentes en adultos que han sido «niños perfectos». Los buenos estudiantes de los que sus padres estaban muy orgullosos, por ejemplo, niños que se sentían aceptados solo si no cometían un error.

Varias caraceterísticas de la autoexigencia insana son señalar los errores de forma exagerada, poniendo en duda todas nuestras capacidades por un error. Decirse cosas como «soy tonto, no hago nada bien, ya me equivoqué otra vez… no valgo para nada», ademas de tener siempre expectativas exageradas, se busca la perfección o el no equivocarse. 

También es frecuene menospreciar logros. Por ejemplo, de diez logros y un fallo, la persona se fina más en dicho error descalificándose fuertemente.

La solución a este problema es aprender y practicar el amor hacia uno mismo  y la  confianza en nuestras capacidades. Sanar los miedos nacidos en la crianza equivocada de la perfección y sobre todo asumir la importancia de aceptar el fracaso.

El fracaso es necesario para el éxito. Y eso es lo que se debe enseñar en las familias para un sano desarrollo de todos los miembros.

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