Aristóteles

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Al inicio del programa presentamos una frase del conocido filósofo Confucio, un sabio chino que vivió allá por el año 479 antes de Cristo.

Ahora le queremos contar sobre otro gran filósofo, de hecho, se le denomina como “el padre de la filosofía occidental”, Aristóteles.

Este personaje fue alumno de otro gran filósofo, Platón, quien lo consideró el mejor de sus alumnos, al punto de llamarlo “la mente de la escuela”, o sea, era como el cerebrito o el nerd del aula; a la vez Aristóteles fue el maestro particular de Alejandro Magno, el gran conquistador.

Además, Aristóteles tenía gran dominio de la lógica, la metafísica, la filosofía de la ciencia, la ética, la filosofía política, la estética, la retórica, la física, la astronomía y la biología.

¡¡¡O sea, sabía de todo el hombre!!!

Pues sí. De hecho, también se le llama el padre de la biología y en todo en lo que “metió la cuchara” lo hizo para mejorarlo.

 La vida de este filósofo no creemos que haya sido muy fea, como indicamos, era el maestro de un rey por lo que podía darse sus gusticos. Pero la cosa cambió con la muerte de Carlo Magno.

Como era común en esas épocas, los amigos cercanos del ex rey corrían peligro, por lo que Aristóteles, decidió, “huir por la derecha” y refugiarse en la isla de Eubea, donde murió extrañamente al año siguiente a la edad de 61 o 62 años, por causas desconocidas. Corría el año 322 antes de Cristo.

En mayo de 2016, durante el congreso internacional «Aristóteles, 2.400 años» celebrado en la Universidad de Salónica, Konstantinos Sismanidis, director de las excavaciones en la ciudad de Estagira, dio a conocer las conclusiones de su equipo de arqueólogos sobre un edificio descubierto en 1996 y reestudiado a la luz de dos manuscritos que hacen alusión al traslado posterior de las cenizas del filósofo, en una urna de bronce, a su ciudad natal.

Según ellos, el edificio, hallado en el interior de una fortaleza bizantina posterior, «no podía ser otra cosa que el mausoleo de Aristóteles», aunque aclarando que «no tenían pruebas, pero sí indicios muy fuertes que rozan la certeza.

Y esta cápsula no puede cerrar sin una buena frase de Aristóteles: nos costó mucho decidir la mejor porque tiene muchas, y al final nos quedamos con esta

El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona.

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