Abolición del ejército
Hablemos un poco más sobre la abolición del ejército.
Según varios historiadores, aunque la abolición del ejército se concretó formalmente en 1948, Costa Rica venía avanzando desde décadas atrás hacia una identidad profundamente civilista. Ya a inicios del siglo 20 se habían dado esfuerzos para reducir el tamaño y la influencia de las fuerzas armadas, especialmente durante gobiernos que privilegiaron la educación, la infraestructura y la institucionalidad. Hubo, incluso, intentos legislativos previos para eliminar el ejército, aunque sin éxito definitivo.
El momento decisivo llegó tras la Guerra Civil de 1948. Una vez concluido el conflicto, la Junta Fundadora de la Segunda República, encabezada por José Figueres Ferrer, tomó la decisión histórica: el 1.º de diciembre, en el Cuartel Bellavista, Figueres abolió el ejército “para siempre”. Con ello se desmanteló la estructura militar permanente y se traspasaron sus recursos a sectores como educación y salud.
La nueva Constitución de 1949 reafirmó este principio, permitiendo únicamente fuerzas policiales para seguridad interna. Desde entonces, la ausencia de ejército no ha sido una debilidad, sino una fortaleza: permitió consolidar instituciones, promover inversión social y proyectar a Costa Rica como un ejemplo mundial de paz, estabilidad y democracia.
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