De caudillos de izquierdas, de derechas, de mesías políticos y dictaduras constitucionales

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De caudillos de izquierdas, de derechas, de mesías políticos y dictaduras constitucionales
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Las dictaduras de cualquier signo, no surgen de manera espontánea  y  en tiempos recientes podemos encontrar varios casos que comparten identificables similitudes. Generalmente se presentan en sociedades donde el descontento popular se ha ido acumulando por años y hasta décadas, producto de la falta de visión y compromiso con las grandes mayorías de parte de algunos de los que fueron electos en las urnas electorales.  Algunas instituciones democráticas han dejado ser eficaces en el cumplimiento de sus tareas y deberes, con que los ciudadanos que recurren a ellas, no solo lo perciben sino que lo sufren en carne propia. Esto innegablemente crea un justificado malestar en ellos, el cual al pasar el tiempo se va acumulando, a tal grado, que no pocos no solo reniegan de las instituciones, sino que hasta las consideran innecesarias.

Sentimientos de frustración, rabia revanchismo y hasta odio se fueron forjando en algunos ciudadanos y por la naturaleza humana siempre existe la tendencia a buscar un culpable o culpables.  Estas circunstancias emotivas abren espacio a pseudo líderes carismáticos que sirven de parlante y válvula de escape a esos justificados sentimientos  Sin embargo, esa creencia inicial de haber encontrado una opción diferente, suele convertirse en una trampa que erosiona gravemente la democracia y la libertad, concentrando el poder en pocas manos.

Esos sentimientos y emociones crean un terreno fértil para que se dé el castigo electoral; así fue como los últimos tres presidentes de nuestra República, fueron electos; el electorado masivamente votó, en la segunda vuelta, en contra de sus contendores y no tanto por ellos. Esto lo evidencia el bajo apoyo que recibió cada uno de ellos en cada febrero versus el obtenido en cada balotaje.

El caso del presidente Chaves se dio un giro; él supo ganar popularidad manteniendo presentes esos sentimientos de frustración, rabia, revanchismo y hasta odio contra los partidos y políticos tradicionales y de alguna forma contra la misma Institucionalidad. Generalizó su ataque señalando a sus adversarios casi como ”enemigos del pueblo, de la república”. Usando el podio presidencial, la ha emprendido contra los medios periodísticos independientes, calificándolos de prensa canalla y a los integrantes de los otros poderes de manipuladores de las leyes y la justicia.

Los emergentes caudillos populistas, al igual que lo hicieron los dictadores del pasado, aprovechan las crisis para legitimarse, usan un discurso de redención del pueblo, reforman las leyes y la Constitución para permanecer en el poder y una vez constitucionalmente consolidados en el poder, convierten a sus críticos en enemigos internos y lo que comenzó como una esperanza de justicia, termina como una maquinaria de control, censura yrepresión.

¿Costarricenses, no se les asemeja todo lo anterior al caldo de cultivo que hay nuestro país hoy?

Por eso, en las actuales circunstancias, es muy importante tener presente cómo surgen las dictaduras constitucionales y reconocer sus señales. Hoy ser integral y muy crítico es un deber ciudadano pues lo que se juega en febrero 2026, no es un cambio o continuidad, es la democracia misma del país. Solo la vigilancia, el fortalecimiento institucional y la defensa de la democracia impedirán que el ciclo de su destrucción se repita en Costa Rica.

En democracia perder una elección, no es nada extraordinario pero perder la democracia en una elección simplemente sería una tragedia.

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