No señor presidente don Rodrigo Chaves Robles

Estimados compatriotas; Costa Rica no está al borde de una revolución armada, como lo insinuó el señor presidente de la República don Rodrigo Chaves Robles; no señor presidente, nuestra tradición democrática es muy fuerte y mayor el respeto por nuestra paz, por lo tanto, no hay justificación alguna siquiera para referirse a una revuelta militar.
Costa Rica abolió el ejército el primero de diciembre de 1948 y para dirimir diferencias internas se recurría y se debe recurrir al dialogo interno respetuoso, así como, para la resolución de conflictos internacionales, hemos puesto nuestra confianza en la diplomacia.
Costa Rica experimenta un creciente descontento social, a pesar de situaciones puntuales a las que me referiré más adelante en este comentario, nada indica que el camino para solventarlo sea una revolución armada.
Señor presidente con todo respeto que su investidura merece y exige, en nada ayuda aumentar la efervescencia y el disgusto de los costarricenses, en contra de la institucionalidad, ciertamente existen tensiones sociales y políticas, como en cualquier otro país; sin embargo, no hay motivos para que estas tensiones generen un movimiento armado.
Es importante recuerdar que la historia de Costa Rica, desde 1949, es de fraternidad, y que los costarricenses han hecho grandes esfuerzos para mantener esa paz social, a través del dialogo abierto, franco y respetuoso, además es más digno ciertamente convencer que imponer.
La coyuntura del país exige acuerdos atinados y consensuados, para resolver los serios problemas causantes de las tenciones y preocupaciones de la ciudadanía, como la inseguridad ciudadana, la modernización de la educación misma incapaz de brindar la mano de obra calificada que necesita el mercado laboral.
Tambien es lamentable, qué aun cotizando para la Caja Costarricense de Seguro Social, casi el 25% de los costarricenses tengan que pagar medicina privada para recuperar su salud, el otro 75% de los cotizantes, no les queda más que soportar largas lista de esperar, hasta por años para recibir la necesaria y a veces urgente atención médica, y con tristeza en muchos casos mueren en espera de ella.
Falta infraestructura médica, faltan especialistas, falta personal de enfermería, pero sobre todo parece que falta voluntad política para que el Estado honre la deuda con la Caja Costarricense de Seguro Social, claros que esta deuda se arrastra por décadas, así como, los portillos existentes en el Poder Judicial, por donde escapa alguna impunidad.
El costarricense honesto y trabajador, está cansado de caminar con temor del trabajo a la casa, mientras que los corruptos, estafadores, narcotraficantes, ladrones, sicarios y demás criminales, deambulan por las calles, riéndose del conocido juego aquel, donde los policías los capturan y algunos jueces los liberan. No cabe duda que, por años se han construido redes de cuido al amparo de los portillos que tiene nuestro sistema jurídico y que la evidencia práctica exhibe, a esto se le agrega el disgusto por el despilfarro de las pensiones de lujo.
Señores miembros de los supremos poderes de la república, Costa Rica urge de una revolución; pero NO de la que insinúa Rodrigo Chaves Robles; lo que realmente urge es una revolución pero de ideas, voluntades y reformas radicales, que modernicen nuestro Estado de Derecho y en cuya construcción participen los distintos sectores de nuestra sociedad, para así lograr una Costa Rica más justa, respetuosa, incluyente y democrática.
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