1973 una generación privilegiada

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1973 una generación privilegiada
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Cincuenta años han pasado, y recordar con nostalgia los acontecimientos vividos por la generación 1973 de estudiantes del Liceo Mauro Fernández Acuña, del cantón de Tibás, generación por demás privilegiada, esta generación representa la historia moderna cuya metamorfosis inimaginable, sorprendente y vertiginosa, asombra.

Una mirada retrospectiva de esa generación nos remonta justamente a hace 50 años, donde el pasaje del bus contaba 15 centavos de colón, en la mayoría de las rutas del área metropolitana, 25 centavos para comprar 5 bollos de pan con un peso estipulado por ley y el costo de un banano era de 5 centavos, se vivián días felices, tranquilos y seguros.

Las quebradas, el río Torres y el Virilla, por citar dos, otrora eran manantiales de aguas cristalinas, rebosantes de vida; en sus márgenes sobre las finas y limpias arenas, a la sombra de frondosas arboledas, vegetación exuberante y el cantar de las aves, para el deleite de muchos, quienes disfrutaban de esas maravillas en las tardes veraneras.

Las cogidas de café con la participación de los estudiantes, tertulias estudiantiles en el parque, los bailes del colegio, las calles limpias, descongestionadas y sobre todo se transitaba en paz, la seguridad ciudadana era la constante, se respiraba aires de alegría, aires frescos de esperanza y optimismo por el futuro.

Tiempos aquellos caracterizados por el respeto; respeto a los padres, profesores, a las personas mayores, a las autoridades, respeto a la vida, a la propiedad privada, respeto a los valores; aspectos estos no negociables, simplemente eran reglas de vida de acatamiento obligatorio y, lo más importante, una generación que sobrevivió y no sólo sobrevivió, creció y dio frutos; artistas, escritores, músicos, profesionales en agricultura, economía, ingeniería, educación, medicina, periodismo, políticos, dirigentes comunales, una gama de personas de bien, honestas y útiles a la sociedad, orgullosamente egresadas del Liceo Mauro Fernández Acuña.

Lo antes descrito es la fotografía de una Costa Rica que ha sufrido un cambio, lamentablemente más que un cambio en retroceso, basta con una mirada a las instalaciones deterioradas y saqueadas del Liceo Mauro Fernández Acuña, por personas inescrupulosas, aunado a la desidia de las autoridades pertinentes.

Lamentable que por este camino transiten cientos de centros educativos, tristeza tener del río más contaminado de Centro América el Tárcoles, vergüenza la imagen de Costa Rica como uno de los países más caros, corruptos y puente líder en el trasiego internacional de drogas, más una pésima seguridad ciudadana.

La realidad nacional dista mucho, de la realidad de hace 50 años, no sólo el Liceo Mauro Fernández Acuña pide auxilio, cientos de escuelas y colegios claman por una ayuda solidaria y la debida atención por parte del gobierno, la educación es la herramienta para superar la pobreza, el subdesarrollo, lograr un mayor bienestar para todos y la anhelada paz social.   

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