La vida se defiende con convicción

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La vida se defiende con convicción
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En muchas ocasiones hemos hablado que nuestra sociedad se fundó sobre raíces que cimentaban una opción sumamente clara y contundente por la defensa de la vida.

Esa opción ha sido posible desde que es un derecho sagrado en nuestra Constitución Política o desde que se abolió la pena de muerte, siendo pioneros en una decisión de esta naturaleza. Pero también desde que se tomaron decisiones para el desarrollo integral y en procura de la seguridad social de los habitantes de este país.

Intromisiones e ideologías extranjeras, sin embargo, han venido tomando fuerza para restar valor a derechos sagrados, para imponer lo que pasa en otras culturas, para debilitar las bases del ser costarricense. Se quiere introducir el aborto como un derecho e incluso se le quiere llamar terapéutico; se ha querido legalizar la eutanasia… cada vez más nuestro país parece ceder a esas presiones que pretenden imponer una cultura de descarte o de muerte.

Si queremos defender otros derechos y libertades, si queremos destacar como una democracia sólida y sentirnos orgullosos por otros derechos universales, no podemos perder de vista que la vida es el primero y el más importante de todos los derechos humanos. Sin vida no podremos gozar de ningún otro derecho.

“La vida humana es inviolable”: así está establecido constitucionalmente en nuestro país. Debemos promover y defender este principio. No podemos permitir que se cataloguen unas vidas menos importantes que otras o dejar que se pierdan unas vidas porque se considera que “no tienen futuro”.

Promovamos una cultura en la cual apoyemos todas las iniciativas que pretendan cuidar de los no nacidos, que cuidemos a los adultos mayores, a las personas enfermas, a todas las personas que pasan alguna necesidad. Ninguna vida es más importante que otra, todas merecen respeto. Promovamos que se valore en toda su dimensión la dignidad de la persona humana.

Costa Rica debe caracterizarse por apoyar a las familias, por cuidar de la célula fundamental de la sociedad y porque exista una auténtica promoción integral en procura de fortalecer nuestro futuro como nación.

Hemos dicho, también, en otras oportunidades, que sin niños no tendremos futuro y sin familias consolidadas nuestra sociedad verá oscurecido su horizonte.

Demos paso a acciones que nos caractericen en busca de cuidar la vida; no permitamos formas de violencia de ningún tipo y contra ningún ser humano. Privilegiemos siempre la vida.

No dejemos tampoco que aquellos que tenemos convicciones profundas en defensa de la vida seamos relegados u opacados porque nos califican con adjetivos que pretenden minar nuestra opinión. Sintámonos orgullosos de defender y cuidar lo que realmente vale la pena: la vida.

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