Una sociedad a la carta

Portrait Of A Sad Couple Sitting On Chair Holding Red Broken Heart
Panorama Digital
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Una sociedad a la carta
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Definitivamente, vivimos tiempos en que lo desechable está a la orden del día, tiempos en los cuales poco importa el bien común y, sobre todo, marcar las bases sólidas de una sociedad caracterizada por los valores.

La última muestra es la aprobación del divorcio por incompatibilidad de caracteres en la Asamblea Legislativa, reformando el Código de Familia. Algunos le llaman modernización a la ley. Dice la reforma que, quienes contraigan matrimonio, podrán solicitar el divorcio después de seis meses “por incompatibilidad”.

Algunos dicen que esto favorece la libertad de las personas, que no hay razones para atentar contra la autonomía de cada quien; que simplemente hoy si una pareja decide casarse con “todas las de la ley”, también, utilizando la ley, el día de mañana, sin ningún problema y alegando “incompatibilidad” podrán solicitar el divorcio.

Este es, sin duda, parte del modelo social que ataca a las sociedades llamadas modernas. Esto ha venido a marcar una nueva Costa Rica. “Lo desechable es lo mejor”, esa es la fórmula mágica. Desechamos el vínculo matrimonial, desechamos a los fetos en el vientre que son incompatibles con la vida y se busca desechar la vida del paciente en estado terminal. Algunos quieren desechar la libre expresión, solo por citar otros casos.

Costa Rica sigue desechando los valores. Después de cambiar el sagrado derecho a la vida como algo que se puede tutelar bajo normas, cualquier cosa puede pasar.

Hoy, lo tecnológico también desecha al ser humano de su puesto de labor, en lugar de que el ser humano aproveche la tecnología para darse valor. Esta es una sociedad en la que nos hemos convertido en rostros anónimos: en nuestras familias, trabajos, comunidades, barrios.

Con proyectos de este tipo y otros que están moviendo los legisladores y gobernantes de nuestra Patria, se busca ardorosamente el propio interés, seguridad y comodidad, actitud que nos deja relegados e indiferentes.

Costa Rica necesita tomar el rumbo que siempre le caracterizó, esa Costa Rica solidaria, que creía en la vida, que apostaba por la seguridad social, por el bienestar integral, por los derechos más sagrados de una sociedad libre, independiente…

Es urgente que todos como sociedad, pensemos un poquito más en los demás, un tanto más en la comodidad de los otros; que seamos una sociedad que busque ser compatible con principios morales y éticos que nos ayuden a pensar en un futuro mejor y no en una sociedad desechable.

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