No, no ocupamos ver cómo opera el politburó cubano

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No, no ocupamos ver cómo opera el politburó cubano
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Si el camino al infierno está plagado de buenas intenciones, ¿Adónde lleva el camino que lleva malas intenciones? La propuesta de una diputada de llevar a los legisladores costarricenses a conocer el politburó cubano, es decir, a un parlamento comunista, no puede pensarse como una buena intención por parte de la legisladora. Ella no ha destacado por una labor de iniciativas en beneficio del país, pero sí en la promoción de una iniciativa marxista-leninista, que pareciera invitar a los castristas y chavistas, ya no para que entren por la cocina, sino por la puerta principal.

El castrismo ha destruido a muchos países de América Latina y despojó a Angola de sus riquezas en África. En nada ha beneficiado el chavismo a Venezuela, país que hace, treinta años, era una de las economías más fuertes de América Latina y hoy es más pobre que muchos países africanos. Cuba no tiene nada que enseñarnos, excepto como destruir a un país. ¿Queremos acaso ser la próxima Venezuela?

Existen intereses ajenos a los costarricenses y muy fuertes, que no quieren beneficiar a Costa Rica sino destruirla. Utilizan a lacayos en diferentes ámbitos del Estado para lograr sus objetivos, como, por ejemplo, la propuesta de la diputada de ir a Cuba. ¿Qué pretende la señora diputada? ¿Busca que nuestros diputados aprendan a aprobar leyes para crear un Estado totalitario? Curiosamente, la izquierda a la cual esta diputada pertenece, dice proteger los derechos humanos, pero, ¿Qué se puede aprender en materia de derechos humanos de un país, cuyos servicios de inteligencia han tomado el control en ese y otros países donde secuestran y torturan a quienes se oponen al castrismo o al chavismo?

Que le quede claro a los señores diputados que sueñan con traer al castrismo y al chavismo a Costa Rica. En Costa Rica no queremos una Cuba o una Venezuela. No queremos al G2, el servicio de inteligencia cubano, aterrorizando nuestras vidas. ¿Por qué los diputados no viajan al Congreso estadounidense, al parlamento inglés, alemán, francés o israelí para aprender qué es un Estado de Derecho?

Hay un refrán que dice: “El que a buen árbol se arrima, buena sombra lo cobija.” El parlamento cubano no es buen árbol y su sombra no es buena. No va a cobijarnos con frescura sino con terror y persecución. El marxismo-leninismo que durante años se ha venido imponiendo en las distintas universidades, públicas y privadas, ha llevado como consecuencia a graduar a profesionales adoctrinados en un socialismo de resentimiento, ideologías y odio hacia el resto de la población que no esté de acuerdo con estos postulados.

Una sociedad democrática es plural, pero esa pluralidad se aprende de los buenos árboles, no de los matapalos ni mucho menos de los desiertos del castrismo, chavismo y el marxismo-leninismo.

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