¿Los vegetales son productos de lujo?

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¿Los vegetales son productos de lujo?
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Dicen que a la hora de analizar un problema deben verse las posibles consecuencias, tanto positivas como negativas. Hay una serie de principios que se analizan a la hora de tomar una decisión y de ahí se decide qué hacer. Sacar los vegetales de la canasta básica e incluir artículos que la mayoría de la población no consume es una burla hacia la ciudadanía y demuestra la desconexión de la realidad que tienen los funcionarios y altos miembros del gobierno, con respecto al día a día del costarricense promedio.

Pareciera que quienes toman decisiones a nivel del gobierno, no conocen de nutrición ni de nuestra realidad alimenticia. Una rama de apio no es un bien de lujo, como tampoco lo son los garbanzos, ni el brócoli. La horchata y el pinolillo no son bebidas típicas costarricenses y las copas menstruales no son bienes de primera necesidad, como lo ha querido hacer ver una diputada, quien hasta pareciera haber celebrado de manera conjunta la inclusión de las copas menstruales en la canasta básica, pese a que estas ni siquiera han sido aprobadas por el Ministerio de Salud.

De acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, 900 mil adultos en Costa Rica son obesos. Es decir, somos el quinto país en América Latina con más obesidad. Con esta clase de cifras, ¿No cree usted estimado radioescucha, que tiene mucha más prioridad de ser incluido en la canasta básica, el atún en agua que se consume todos los meses a las hojas de plátano para los tamales de fin de año?

La aprobación del entonces plan fiscal, que ahora pasó a convertirse en la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, Ley 9.635, fue por la irresponsabilidad de las Administraciones anteriores que dejaron, en especial la última, un hueco fiscal, del cual no se dijo nada. La posibilidad que el Poder Ejecutivo sea el que defina la canasta básica, no es para crear una conforme a lo que los funcionarios creen sea lo correcto para la población, sino incluir artículos de una verdadera primera necesidad, especialmente, para la gente de menos recursos.

Ni la harina de yuca, la de pejibaye, hojas para tamales y demás ocurrencias del gobierno son artículos de primera necesidad. Es mucho más alimenticia la brócoli que las hojas de plátano y definitivamente alimenta más el apio con todas sus propiedades que el pinolillo.

El problema de elegir a un Presidente, es no poder escoger a sus ministros, pero por mero sentido común, deberían ser personas que por lo menos conozcan la diferencia y ventajas alimenticias             entre un zapallo y la gelatina en polvo, aunque después digan que fue un “dedazo”.

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