La competencia nos beneficia a todos
Hace diez años, cuando en Costa Rica se discutía sobre la conveniencia o no de abrir el mercado de las telecomunicaciones, surgieron muchas especulaciones que apuntaban a que los servicios serían más costosos y difíciles de conseguir.
El tiempo se encargó de demostrar que esos negros pronósticos no solo estaban alejados de la verdad, sino que fueron más los beneficios de un mercado en competencia. Se acabaron las filas para conseguir líneas celulares y los pagos excesivos por cada una de ellas. De un lujo, pasaron a ser parte de nuestro día a día. Cuesta pensar que altos funcionarios de la Defensoría no se hayan percatado de esto, y sin rubor, lo nieguen.
Hoy el país atraviesa un panorama similar, ahora por la declaratoria de competencia efectiva del mercado anunciada por la Superintendencia de Telecomunicaciones (SUTEL).
Quienes se oponen a la competencia lo hacen sin rigor técnico, motivados por especulaciones y posiciones ideológicas similares a las que rondaban el país en esa época.
Lejos de subir las tarifas, la declaratoria de competencia permitirá a los operadores dinamizar su oferta de productos, y por qué no, realizar mayores inversiones en beneficio del país. Usted que nos escucha, tendrá una mayor disponibilidad de servicios acorde a sus necesidades y productos innovadores a precios accesibles.
Una regulación tarifaria rígida, como la que venía aplicando la SUTEL, limitaba a los operadores a ofrecer planes distintos, diferenciados, con más valor agregado.
Hasta hace pocas semanas, Costa Rica era junto a El Salvador, los únicos países que mantenían una regulación de precios en todo el continente americano, según datos de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (Asiet), que asegura que la apertura, la liberalización y la entrada de nuevos actores en el mercado de Costa Rica ha sido extraordinariamente exitosa en términos de cobertura, precios, de calidad de servicios y de tecnologías ofrecidas.
Una línea común en todos los países desarrollados es que existe libertad tarifaria en los servicios móviles, indistintamente del número de operadores. Incluso, según los expertos de Asiet, hay evidencia clara en todos los países de América Latina en los últimos años, sobre un proceso de reducción de precios reales muy acelerado, tanto en banda ancha como en telefonía. Días atrás, se publicó el Índice Global de Competitividad 2016-2017 en donde el país ascendió posiciones y se ubica segundo en la región después de Chile y reconoce que dos de los pilares de nuestra competitividad son justamente el acceso a la telefonía e internet móvil, indicadores en los cuales nos encontramos entre los primeros países del mundo. Aún hay espacio de mejora en el tema, pero es claro que la competencia nos beneficia a todos.
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